El duque de Feria falleció el pasado sábado por sobredosis de barbitúricos
Un criado descubrió el cadáver de Rafael Medina a mediodía de ayer
Fruto del descuido o de la falta de previsión, el aspecto que presentaba a mediodía de ayer la Casa Pilatos era casi de alegoría histórica. Mientras la policía judicial, la juez y el forense examinaban la habitación y el cuerpo del duque de Feria y hablaban con los miembros del servicio, a unos metros, los turistas disparaban carretes de película al incalculable patrimonio de la familia noble. Unos niños jugaban entre los limoneros del zaquizami o jardín chico al tiempo que la policía anotaba lo que decían trabajadores y familiares sobre quién o quiénes podían haber visitado los apartamentos privados en el fin de semana en una balconada inmediatamente superior. Una hora después se cerraron las puertas de la casa museo.
Los investigadores policiales consideraron que el aspecto que presentaba el cadáver indicaba por un lado que el duque podría haber muerto por una sobredosis de barbitúricos y que el fallecimiento se produjo la mañana del sábado. La familia corroboró está versión en declaraciones posteriores a Europa Press. Hoy se conocerá la autopsia oficial.
Medina se había intentado quitar la vida en varias ocasiones, casi todas después de que un tribunal sevillano le condenara a 18 años de prisión por dos delitos de rapto, corrupción de menores y otro de tráfico de drogas. El duque salió en libertad condicional en mayo de 1998, después de que el Tribunal Supremo le redujera la condena a ocho años.
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