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Reportaje:

El drama de una ex montonera

Su marido, detenido en Barcelona por colaborar con la dictadura argentina

Un póster de las Madres de Plaza de Mayo preside la entrada de la casa de Claudio Gustavo Scagliussi, argentino de 47 años con nacionalidad española. Paradojas de la vida: Scagliussi se encuentra ahora encarcelado, pendiente de que la Audiencia Nacional le tome declaración tras haber sido detenido en Barcelona hace una semana por orden de un juez argentino. Se le imputa en la causa que investiga la desaparición de 16 montoneros entre 1979 y 1980, cuando esta organización del ala izquierda del peronismo lanzó una ofensiva contra la dictadura militar.

En su casa de Barcelona ha quedado, destrozada por este zarpazo del pasado, su esposa, Silvia Tolchinsky, una ex montonera que cayó en las garras de los dictadores y una de las pocas supervivientes de aquel horror. ¿La ayudó Scagliussi? 'Siento que hizo cuanto pudo', dice.

Gustavo Scagliussi, pese a trabajar para el Ejército, se casó con Silvia Tolchinsky tras ayudarla a escapar

Scagliussi, hijo de un general de intendencia del Ejército argentino, empezó a trabajar como civil para las Fuerzas Armadas en 1975. Un año después se instauraría la dictadura de Jorge Videla, en la cual desaparecieron más de 30.000 personas. Tolchinsky podría haber corrido esa suerte. Estuvo secuestrada durante dos años y medio, encapuchada, encadenada y sola, tras ser secuestrada por los militares en 1980.

Aquellos eran tiempos de voces oscuras y acciones siniestras. Pero entre Scagliussi y ella nació un sentimiento extraño en aquel contexto: el amor. 'Hasta en el más profundo infierno hay ciertos huecos de vida que de alguna manera afloran', dice esta mujer, de 53 años. 'Gustavo, desde el primer momento, en aquel contexto de tortura, se rebeló para aliviar mi sufrimiento'.

El sufrimiento de esta mujer comenzó con la desaparición de su primer marido, Miguel Villarreal, también montonero, que había sido secuestrado en 1978. Su cadáver fue encontrado días después de su captura. De pronto ella se quedó sola con sus tres hijos.

Veinte años después, Tolchinsky no sabe qué le provoca más desasosiego, si el calvario que recuerda o el que vive ahora: 'Gustavo, de algún modo, es tan víctima como yo del horror en que se sumergió la sociedad argentina. Trataba de protegerme con las pocas posibilidades que le daba su escaso poder', recuerda.

En 1983 y en libertad vigilada, Tolchinsky escapó con ayuda de la Embajada de Israel y con el apoyo de Scagliussi. Tras renunciar a su puesto en el Ejército, viajó para reunirse con ella. 'Gustavo fue señalado como un peligro para las Fuerzas Armadas', comenta su mujer. En 1992 la pareja se instaló en Barcelona. Los tres chicos son fundadores de la organización HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio) en Barcelona, que se formó en el 20º aniversario del golpe militar.

Tolchinsky ha denunciado activamente la dictadura en Argentina, Italia y España. Casualmente, su última comparecencia fue ante el juez argentino Claudio Bonadío, que viajó a Madrid sólo para tomarle declaración. Ella le contó que estaba casada con Scagliussi, sin hacer ninguna referencia. Unos meses después, el mismo juez dictó orden de captura contra su marido para su declaración, según fuentes del juzgado. 'Gustavo hubiera dado su testimonio si se lo hubieran pedido. No era necesario detenerlo. El terror nunca nos abandonó'.

Un juez debe valorar la extradición en un plazo máximo de 40 días. Según el Centro de Estudios Legales y Sociales de Argentina, Scagliussi no aparece en ninguna lista de represores. Fuentes jurídicas manifestaron su sorpresa por esta detención contra un civil, cuando nunca se ha detenido a los generales, denunciados por muchas víctimas, a pesar de una resolución que desde marzo pasado invalida las leyes de Punto Final y Obediencia Debida que los amparaba.

El fantasma de la dictadura inunda el domicilio de Tolchinsky. 'Ambos sabíamos que guardábamos un horror imborrable en nuestras vidas, pero confío en que la justicia, además de actuar, sea capaz de discriminar'.

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