El Vaticano 'exilia' a Milingo de Roma y lo envía a una diócesis de Canadá
El arzobispo zambiano Emmanuel Milingo abandonará esta semana Italia para permanecer un año alejado de la actividad pública en la diócesis canadiense de Winnipeg (Ontario). Será un exilio forzado por el Vaticano tras el escándalo que provocó su multitudinario matrimonio en mayo pasado con una acupuntora coreana por el rito del reverendo Moon. Antes de su partida, Milingo, de 71 años, quiere despedirse del Papa, la persona cuya intervención en agosto, tras una entrevista en su residencia de verano, permitió, a su juicio, superar las desconfianzas de la jerarquía eclesiástica, que, espantada por su matrimonio, le amenazó con la excomunión.
Desde su vuelta al seno de la Iglesia, Milingo evitó cualquier aparición pública, un ocultamiento -calificado de secuestro por los seguidores de Moon- del que sólo emergió para convencer a su esposa, la acupuntora Maria Sung, de 43 años, de que abandonase una huelga de hambre de dos semanas en la que exigía su regreso al hogar conyugal.
Tras esta intervención volvió a desaparecer de la actividad pública. Una retirada que ahora culminará con su marcha forzosa a la alejada diócesis de Winnipeg. El camino al exilio de este arzobispo emérito, con todo, se iniciará con el recorrido por algunos santuarios célebres, como el de Fátima, en Portugal, donde pasará días de oración.
Cesión de poderes
Una de las condiciones impuestas por la curia a Milingo ha sido la cesión total de los poderes que tenía sobre un importante entramado religioso, sanitario y económico. El arzobispo, de hecho, es el fundador de tres congregaciones religiosas en Kenia y Zambia (Hijas de Jesús el Buen Pastor, Hermanas del Redentor y Hermanos de San Juan Bautista), asimismo es el líder de numerosas asociaciones, fundaciones y centros misioneros. También presidía dos revistas oficiales, varias editoriales, un hospital, dos granjas de 600 hectáreas cada una y una red de empresas agrícolas. Para preparar esta cesión de poderes, la semana pasada, el actual arzobispo de Lusaka, Josep Medardo Mazombe, fue recibido por el Papa.
La marcha de Milingo a Canadá, donde estará bajo observación, supone un alivio para el Vaticano, donde numerosos prelados temían que este singular mitrado pudiese volver a las andadas. No en balde, antes de su fallido matrimonio, Milingo llenó su biografía con acciones poco comunes en un jerarca de la Iglesia católica, y que incluían su participación en el Festival de San Remo, misas en estadios, exorcismos masivos y sanaciones. Un comportamiento que le ha valido una enorme influencia en África, donde su peso es notable incluso en otras religiones. Este carisma llegó a hacer temer a algunos prelados que pudiese erigirse en un líder cismático.
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