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La necesidad de forjar una alternativa política a los talibanes

Las negociaciones diplomáticas sobre el futuro Gobierno de Afganistán son tan importantes como la ofensiva militar

Estados Unidos y sus aliados europeos han aumentado la presión sobre el antiguo rey Zahir Shah para acelerar el ritmo de la formación de un Gobierno de base amplia y de distintas etnias que pueda sustituir al régimen talibán de Kabul, según diplomáticos europeos y los colaboradores del rey en Roma. Estados Unidos retendrá por el momento el bombardeo masivo de las líneas del frente talibán en las afueras de Kabul para evitar una toma prematura de la ciudad por el Frente Unido de la oposición, una decisión a la que se ha añadido la declaración del Frente Unido de que no atacará Kabul.

'La necesidad de una alternativa política a los talibanes está cobrando ahora mayor importancia que la campaña militar de Estados Unidos', dice un veterano diplomático europeo en Roma que ha estado muy involucrado en los esfuerzos diplomáticos en torno al rey para formar un nuevo Gobierno. 'Lo cierto es que, tras todos estos bombardeos, no ha habido deserción de ninguno de los líderes talibanes importantes, y la razón es que por el momento no existe ninguna entidad a la que se puedan pasar los talibanes', añadió.

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Los talibanes, que provienen del grupo mayoritario pastún, necesitan asegurarse de que los pastunes desempeñarán un papel predominante en cualquier Gobierno futuro. Los talibanes moderados se muestran reacios a pasarse al bando de sus odiados enemigos del Frente Unido, que está formado principalmente por minorías étnicas del norte de Afganistán. Los talibanes han eliminado brutalmente a estas minorías durante los últimos cuatro años, y los encarnizados odios de sangre que hay entre ellos podrían provocar masacres entre etnias si el Frente Unido tomase Kabul y otras ciudades.

Zahir Shah, de 87 años, fue depuesto por su primo en un golpe de palacio en 1973 y ha vivido desde entonces exiliado en Roma; desde 1989, cuando la Unión Soviética retiró sus tropas de Afganistán, ha estado en el centro de varios intentos fallidos de formar un Gobierno de base amplia en Kabul. Zahir Shah es pastún, pero su lengua materna es el persa y los pastunes que le rodean provienen principalmente de la comunidad emigrada que sirvió en la corte del rey en los años sesenta. Ésta es la razón de que tanto el rey como la CIA estadounidense hayan movilizado a los jefes tribales pastunes y a los ex comandantes de la guerra contra los soviéticos que apoyaron al rey, y que tienen ahora su base en Quetta y Peshawar, para atraer a los talibanes que se quieran cambiar de bando. Pero por el momento no han tenido éxito. 'El problema es que los talibanes moderados aún no saben qué va a pasar', dijo un colaborador del rey en Quetta.

Altos cargos estadounidenses han reconocido por primera vez que el presidente George W. Bush ha mantenido también varias reuniones con el Consejo Nacional de Seguridad para discutir las opciones de un Gobierno postalibán en Kabul. Hasta hace poco, Bush ha afirmado categóricamente que Estados Unidos no se involucrará en la 'construcción de la nación'. Bush también ha dado el paso sin precedentes de nombrar a Richard Haas, director de Planificación Política en el Departamento de Estado, y a Geoffrey Lunstead, diplomático curtido y especializado en Afganistán, como los principales coordinadores estadounidenses para ayudar a los afganos a formar un nuevo Gobierno.

Haas visitó al rey en Roma la semana pasada, acto que ha sido seguido por visitas de diplomáticos italianos a Washington durante el fin de semana para continuar las conversaciones. En otra acción diplomática del lunes, los ministros de Asuntos Exteriores italiano, Renato Ruggiero, y francés, Hubert Védrine, visitaron juntos al rey en su villa de las afueras de Roma.

Hace dos semanas, Zahir Shah y el Frente Unido declararon sus intenciones de formar un Consejo Supremo para la Unidad Nacional de Afganistán, compuesto por 120 hombres, de los cuales 50 representarían al rey, y los otros 50, al Frente Unido. Los 20 restantes se elegirían por ambas partes o se dejarían abiertos para atraer a los líderes talibanes moderados. Según diplomáticos occidentales, tanto Zahir Shah como el Frente Unido han preparado ya listas de nombres que son mutuamente aceptables. Sin embargo, su próxima reunión se ha aplazado porque los líderes del Frente Unido están bloqueados en la zona de guerra y no pueden salir de Afganistán.

Algunas fuentes afirmaron que el rey dijo a los ministros europeos de Asuntos Exteriores que el acuerdo sobre la composición del Consejo Supremo se vería seguido por la creación de un pequeño comité de 10 a 12 hombres que haría las veces de organismo de toma de decisiones políticas y militares, y que se convertiría en el Gobierno provisional en el exilio cuando fuera necesario. Tanto el rey como los ministros europeos expresaron en privado su respaldo a la necesidad de una reducida fuerza de paz para proteger al futuro Gobierno de Kabul, que podría estar formada por tropas de países musulmanes neutrales, como Marruecos y Turquía, y que incluiría luchadores afganos de todas las facciones implicadas en el proceso de pacificación. No obstante, según fuentes diplomáticas de Roma, 'no se deben subestimar' los problemas para conseguir que los líderes afganos depongan sus interminables rivalidades personales, rencores y diferencias y se pongan de acuerdo para trabajar juntos.

Diplomáticos occidentales en Islamabad dicen que, como parte de este proceso político en marcha, es coherente la estrategia militar de Estados Unidos de no bombardear las líneas del frente talibán en las afueras de Kabul para evitar un avance prematuro sobre la ciudad de las tropas del Frente Unido, que tienen su base a unos 40 kilómetros de la capital. En una concesión importante a la alianza occidental y los esfuerzos del rey, el Frente Unido declaró el domingo, tras una reunión larga y tormentosa en el valle de Panshir, al norte de Kabul, que pospondrían el ataque del Frente Unido a Kabul durante un mes, hasta que se pueda alcanzar una solución política. 'La situación ideal sería que hubiera un acuerdo político entre todas las partes que quieren ver la paz en Afganistán antes de avanzar hacia Kabul', dijo a los periodistas, tras la reunión, el doctor Abdulá, ministro de Asuntos Exteriores.

Los líderes políticos del Frente Unido han tenido dificultades para convencer a sus impacientes comandantes militares, que hubieran querido atacar rápidamente Kabul, de que ahora es necesario contenerse. Cualquier ataque prematuro del Frente Unido contra Kabul habría marginado aún más a los pastunes, impedido las deserciones de los talibanes y empujado a los pastunes moderados a alinearse con los talibanes, que ya empiezan a cambiar la retórica de la yihad por otra nacionalista y llaman a todos los afganos a defender el país contra los invasores estadounidenses. El jefe del espionaje talibán, Qari Ahmadula, ha exhortado incluso a los luchadores del Frente Unido para que se unan a los talibanes. 'Olvidaremos las rencillas pasadas con aquellos que se unan a nosotros, porque ahora lo que está en juego es nuestra religión y nuestro país', dijo a una agencia de noticias el domingo.

Sin embargo, ni Estados Unidos ni la Unión Europea contemplan la posibilidad de desempeñar un papel protagonista a la hora de ayudar a los afganos a formar un Gobierno. Diplomáticos estadounidenses y europeos discuten ahora la forma de acudir al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que emita una resolución firme y efectiva, y asigne a Lakhdar Brahimi, representante especial del secretario general de las Naciones Unidas para asuntos relacionados con Afganistán, el principal papel internacional a la hora de ayudar a los afganos a formar un nuevo Gobierno. 'La ONU tendrá una función importante; ningún Gobierno sería capaz de hacerlo', dijo el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, a los reporteros en el avión en que volaba a Pakistán el pasado lunes.

Según fuentes diplomáticas occidentales, una vez que se haya puesto en marcha el proceso político del rey, Estados Unidos comenzará a debilitar las fuerzas terrestres de los talibanes bombardeando sus tanques, artillería y fortificaciones cercanas a Kabul. Mientras tanto, el bombardeo de Estados Unidos está ayudando al Frente Unido a tomar las ciudades del norte de Afganistán, que son el hábitat natural de los grupos étnicos del Frente Unido. El lunes, el comandante uzbeco del Frente Unido, el general Rashid Dostum, capturó el aeropuerto de Mazar-i-Sharif, la ciudad más grande del norte. El martes se informó de que estaba logrando avances en las afueras de la ciudad. Las defensas talibanes de Mazar han sido machacadas por los ataques aéreos de Estados Unidos en los últimos días. La caída de Mazar permitiría a las fuerzas especiales estadounidenses concentradas en el vecino Uzbekistán crear una cabeza de puente en el aeropuerto de Mazar para posteriores ataques a Bin Laden y la cúpula talibán, que se encuentran al sur del país. En el noreste, las fuerzas tayikas intentan tomar la ciudad de Taloqan, mientras los hazaras pretenden rodear Bamiyán, en el centro del país.

Sin embargo, según algunos diplomáticos en Roma, tanto al rey como a la alianza occidental les gustaría que las ciudades liberadas fueran gobernadas por la autoridad del Consejo Supremo del rey en vez de por comandantes individuales como Dostum. Esto evitaría la repetición de la sangrienta lucha entre señores de la guerra rivales a principios de la década de los noventa, cuando las ciudades eran tomadas por jefes militares y convertidas en sus feudos personales. Un paso así podría también evitar los asesinatos de venganza entre etnias y la masacre de las tropas talibanes que se rindan.

La necesidad urgente de crear un nuevo Gobierno afgano se ha hecho más apremiante con el inicio del invierno a mediados de noviembre, lo que restringirá los bombardeos y los ataques militares; el delicado mes de ayuno o Ramadán para los musulmanes, que comienza a principios de noviembre, y la crisis humanitaria en el interior del país, que empeora cada día. Asimismo, los bombardeos de Estados Unidos se están encontrando con una oposición creciente en todo el mundo. De Nigeria a Indonesia, los partidos islámicos han movilizado a sus seguidores en manifestaciones violentas para condenar los bombardeos y amenazan a sus propios Gobiernos por apoyar la alianza de Estados Unidos.

En todas partes, políticos europeos y altos cargos de la ONU reclaman una suspensión de los bombardeos para dar una oportunidad a las agencias de ayuda humanitaria para que entreguen urgentemente la comida necesaria para Afganistán antes de que llegue el invierno. 'Necesitamos en este momento un amplio acceso a la población civil de Afganistán, y no se puede tener acceso cuando hay bombardeos militares', dijo el domingo en Génova Mary Robinson, alta comisaria de Derechos Humanos de la ONU.

Las manifestaciones en Pakistán contra la campaña de bombardeos estadounidense se han multiplicado también en los últimos días y miles de pastunes paquistaníes están cruzando la frontera para unirse a los talibanes. Tanto los talibanes como Osama Bin Laden desean vivamente obstaculizar a las fuerzas occidentales creando un nuevo frente de batalla en la frontera entre Pakistán y Afganistán.

Ahmed Rashid es periodista paquistaní, autor de Los talibán (Península).

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