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Putin afirma que el terrorismo amenaza la estabilidad estratégica

Los presidentes de Rusia y EE UU abren hoy en Washington su cumbre más importante

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, instó ayer a los dirigentes militares de su país a tener en cuenta el terrorismo a la hora de formular la lista de prioridades de la política de defensa rusa. El líder ruso afirmó, antes de volar hacia Estados Unidos, que el terrorismo 'amenaza todo el sistema de estabilidad estratégica' y admitió que los terroristas tratan de conseguir armas de destrucción masiva.

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Pocas horas antes de partir en su primera visita oficial hacia Estados Unidos, Putin se reunió con los altos mandos militares, de los servicios de seguridad y policiales y les invitó a considerar los cambios que se están produciendo en la situación global en el mundo. 'Un análisis de la situación que evoluciona rápidamente muestra que hemos definido correctamente la naturaleza de las nuevas amenazas a la seguridad nacional', dijo. 'El terrorismo', continuó, 'amenaza todo el sistema de estabilidad estratégica. Debemos saber que el objetivo de los terroristas es conseguir armas de destrucción masiva. El bioterrorismo es ya un hecho'.

El sábado pasado, Putin dijo que le parecía 'poco probable' que Osama Bin Laden tuviera armas de destrucción masiva. Curándose en salud, sin embargo, había agregado que no se podía 'ignorar' la amenaza formulada desde las páginas de un periódico paquistaní. El dirigente ruso, sin embargo, excluyó de forma categórica la posibilidad de que tales medios de destrucción masiva pudieran tener procedencia soviética o rusa. 'De esto estoy absolutamente seguro, absolutamente', dijo el presidente a un grupo de periodistas norteamericanos. En aquella reunión, el líder ruso dirigió la atención hacia las conexiones de Bin Laden con círculos extremistas de Pakistán y subrayó que este país es una 'potencia nuclear'.

Putin, el primer dirigente internacional que mostró solidaridad con el presidente George W. Bush tras los ataques del 11 de septiembre, viaja a Estados Unidos dispuesto a sacar partido de su colaboración con Washington en la coalición antiterrorista. Moscú ha facilitado información procedente de sus servicios de espionaje a los norteamericanos, ha puesto a su disposición corredores aéreos y ha suministrado armas por valor de decenas de millones de dólares a la Alianza del Norte, según el balance realizado por el mismo presidente.

Rusia quiere a toda costa conseguir que Estados Unidos se mantenga dentro del marco del Tratado contra Misiles Balísticos, que fue firmado en 1972 y que ha constituido la piedra angular de todo el sistema de acuerdos de desarme de la guerra fría y, con tal de que EE UU se mantenga atado por algún vínculo, está dispuesta a revisar el tratado.

Moscú quisiera también vincular a Washington a un compromiso bilateral, que, en la línea de los tratados Start I y Start II, permitiera reducir el techo de los arsenales estratégicos en un marco de obligaciones y verificaciones mutuas. Por razones económicas, Rusia, que en el año 2000 ratificó el Start II (no ratificado por Estados Unidos), no puede mantener los actuales niveles de sus arsenales estratégicos y se ve obligada a reducirlos, ya sea de forma unilateral o por medio de un tratado.

En la actualidad, Estados Unidos tiene cerca de 7.000 cabezas nucleares y Rusia cerca de 6.000. Los expertos calculan que Rusia puede reducir sus arsenales a 1.500 cabezas, sin peligro para su capacidad de disuasión estratégica, que, con este potencial nuclear, está asegurada para la próxima década. Se da la circunstancia de que la ayuda financiera norteamericana, ahora cuestionada por el presidente Bush, ha sido muy importante tanto para la reducción de las armas nucleares como para el programa de destrucción de armas químicas. Algunos especialistas rusos temen que el unilateralismo norteamericano en política de armamento pueda traducirse en problemas de seguridad en los arsenales químicos y nucleares de su país.

Putin ha aceptado la existencia de nuevas amenazas para la seguridad mundial que justifican las inquietudes norteamericanas y el deseo de Washington de abandonar el ABM, pero ha mantenido que los recortes estratégicos y los cambios en el Tratado ABM son las dos caras de una misma moneda. Está por ver cómo influirá el nuevo clima de relaciones entre Moscú y Washington en la postura de la Administración norteamericana. Inicialmente, ésta era partidaria de los recortes unilaterales de armas estratégicas y de la salida también unilateral del Tratado ABM. Los dirigentes rusos han expresado preocupación ante la circunstancia de que EE UU, en contra de la opinión europea y rusa, se niegue a ratificar el Tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares (CTBT).

Nivel mínimo

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Ivanov, dijo ayer que el potencial nuclear estratégico de Rusia se mantiene a su nivel mínimo suficiente y señaló que Rusia prestará especial atención a la 'dirección estratégica meridional', lo que entre otras cosas supone reforzar las bases en el mar Negro y en Armenia. Por su parte, el viceministro de Exteriores, Anatoli Safónov, que dirige el grupo de trabajo ruso-norteamericano sobre Afganistán, dijo ayer que los dos países están de acuerdo en que el desarrollo de los aspectos políticos de la operación debe estar estrechamente vinculado con la creación de un sistema de reacción eficaz a las nuevas amenazas para la seguridad nacional.

El diplomático, que dirige un nuevo departamento del Ministerio de Exteriores ruso para luchar contra 'las nuevas amenazas y desafíos', anunció la creación de un grupo de trabajo bilateral ruso-chino contra el terrorismo. El presupuesto militar ruso disminuye de forma constante a partir del año 1994, y hoy el potencial económico de Rusia es diez veces inferior al potencial económico de Estados Unidos. El PIB ruso está entre el 4% y el 5% del PIB de EE UU. Los gastos en materia de defensa previstos en el presupuesto para 2002 son de un 2,66% del PIB.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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