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Un centenar de socios de L'Aliança piden su 'intervención definitiva'

Los críticos se querellarán contra Carranza

'Queremos la intervención definitiva de L'Aliança'. Por boca de los tres candidatos que en febrero de 1999 se presentaron a las elecciones al consejo de la entidad, un centenar de mutualistas, 'que representan a muchos más', reclamaron ayer que Ramon Carranza sea apartado de la dirección general de la mutua, porque 'lo que pasa dentro sólo se sabrá cuando salga', y pidieron una nueva junta gestora 'democrática'.

El representante de la candidatura que resultó ganadora en las citadas elecciones y que nunca llegó a ser presidente, Ángel Díez; los de las otras dos candidaturas que concurrieron a los comicios de hace tres años, Roser Ràfols y Joaquim Sans, y el mutualista Josep Sahún están preparando una querella contra la cúpula directiva actual de L'Aliança por 'malversación de fondos públicos'.

Este sector crítico de mutualistas mostró su apoyo a los departamentos de Economía y Sanidad en la investigación que se ha abierto a la mutua por supuesta facturación irregular, que según Sanidad en seis meses del año pasado se elevó a 7,2 millones de euros (1.198 millones de pesetas).

'Actuación contundente'

Sin dejar de lamentar que el Gobierno catalán 'no haya actuado antes', le reclamaron que su actuación sea 'rápida, transparente y, si puede ser, contundente'.

La fractura con Carranza y su equipo, de cuya 'conspiración' los mutualistas se presentaron como víctimas, quedó bien reflejada en la batería de críticas y epítetos que dedicaron a su gestión en rueda de prensa.

Las críticas a una gestión que, según los mutualistas, ha derivado en un 'calvario' y en un proceso de 'pérdida de imagen, confianza social y credibilidad', se plantearon en tres frentes. Por una parte, la concentración de poder, que Carranza ha 'asaltado bajo un mando único' y que ha causado 'confusión de intereses' en los planos de gestión y control. En este sentido, acusaron al director general de convertir en empleados a una parte significativa de los miembros de la junta rectora 'vía salario y dependencia económica'. Díez resumió el intento de Carranza de lograr su fidelidad diciendo que 'la familia que cobra unida permanece unida'.

El segundo tipo de críticas se dirigió a las cuentas de la entidad. 'Estos últimos años, la entidad ha salvado los muebles gracias a la actualización del valor de su patrimonio histórico y a las plusvalías procedentes de la venta de inmuebles', opinaron los mutualistas, que acusaron al equipo directivo de 'contabilidad creativa'.

El tercer dardo contra los gestores actuales de la mutua apunta al 'modelo de confrontación' con el Gobierno de la Generalitat, cuando L'Aliança tiene en el Servicio Catalán de la Salud (SCS) uno de sus principales clientes, ya que éste aporta cerca del 33% de los ingresos de la mutua. 'L'Aliança necesita cooperar y no enfrentarse sistemáticamente con la Generalitat', añadieron.

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