_
_
_
_
Reportaje:MUJERES

Las reformistas del islam

Se puede ser española, de izquierdas, partidaria de la plena igualdad de derechos de la mujer y musulmana? 'Sí', responde Jadicha Candela, cuya vida desde hace veinte años responde a ese perfil. 'Pero es muy difícil', admite esta abogada murciana, que trabaja como asesora del Grupo Parlamentario Socialista y es cuñada de Joaquín Almunia. 'Una', prosigue, 'se enfrenta a un prejuicio doble: el de los propios musulmanes, que en su mayoría mantienen actitudes muy misóginas, y el de los no musulmanes, para los que eres un bicho raro'.

Este fin de semana, Jadicha Candela está en Córdoba, donde se celebra el III Congreso de la Mujer Musulmana. El cónclave agrupa a un centenar de mujeres, en su mayoría, españolas conversas como la propia Candela, y se celebra en plena polémica sobre si es o no de recibo el uso del hiyab o velo islámico en las escuelas públicas o concertadas. Candela, que lleva al cabello al descubierto y no cree que haya nada en el Corán que establezca la obligatoriedad de tapárselo, piensa que el caso de Fátima, la chica marroquí de El Escorial, 'ha sido sacado de contexto y de quicio'. 'Los derechos fundamentales de la persona, y uno es el de la libre expresión de sus sentimientos religiosos, no pueden ser limitados por reglamentos', dice.

Las reunidas en Córdoba se enfrentan, según Kámila Toby, a la 'mala mirada' que sobre una musulmana, y más si es occidental, pesa estos días

Descendiente de 'hippies'

La norteamericana Kámila Toby también está en Córdoba. Es la presidenta de An Nisa (Las Mujeres), el grupo que organiza el encuentro en la antigua capital del califato y del que Jadicha Candela es la portavoz más conocida. Kámila es musulmana porque su madre, una hippy californiana, se convirtió al islam en el tránsito entre los años sesenta y setenta del siglo XX. Pero, ¿por qué esta mujer, que aún no ha alcanzado los cuarenta, ratificó la decisión, muy discutible para la gran mayoría de las occidentales, de su progenitora? 'Porque veo que el islam es un instrumento de liberación para la mujer.' ¿Un instrumento de liberación? 'Sí, y si los musulmanes no sabemos hacerlo ver así es porque estamos equivocados. La culpa es nuestra, por habernos apartado del verdadero mensaje del Corán y de Mahoma, que era el de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres'.

Desde el 11-S se simplifica hasta la caricatura la pluralidad del islam. Bajo esta denominación religiosa, que agrupa a más de mil millones de personas, hay una variedad extraordinaria de etnias, lenguas, cultos, costumbres, tradiciones jurídicas e interpretaciones integristas, conservadoras, piadosas, folclóricas, místicas y hasta reformistas. Pero ahora el siniestro burka con el que los talibanes encarcelaban a las afganas se ha convertido en un símbolo de la relación entre el islam y la mujer. El encuentro de Córdoba, sin embargo, confirma la diversidad del islam, incluido el que se extiende en suelo español y se ha convertido ya en la segunda religión del país. Las mujeres que protagonizan el encuentro pertenecen a lo que podría llamarse minoría progresista, dicen que quieren 'romper los estereotipos' de sus propios correligionarios y de los que no lo son y proponen 'un modelo de mujer musulmana para el siglo XXI que tenga estudios, sea independiente y hable con voz propia'. Son el fermento de todo un feminismo islámico.

A la búsqueda de nuestras fuentes es el lema del congreso, inaugurado por la duquesa de Medina-Sidonia y clausurado por Micaela Navarro, secretaria del PSOE para la Igualdad, dos mujeres que no son musulmanas. Jadicha Candela sitúa esas fuentes en 'el verdadero espíritu del Corán, muy partidario de las mujeres', y en 'la experiencia de la sociedad plural y tolerante de Al Andalus'. 'Queremos musulmanas que estén en la primera fila, como jueces, médicos, abogados, empresarios y políticos; queremos mujeres que sean en nuestro tiempo lo que era hace un milenio la poetisa Walada, una mujer libre en sus opiniones y en sus amores, que brillaba en la corte califal de Córdoba'. Esta lectura es muy semejante a la de la escritora marroquí Fatima Mernissi, cuya 'valentía' admira Candela y de la que dice que 'aplica la razón y el sentido común a los textos sagrados'.

Las reunidas en Córdoba se enfrentan, según Kámila Toby, a la 'mala mirada' que sobre una musulmana, y más si es occidental, pesa estos días. A diferencia de Jadicha Candela, Kámila, que está casada con el converso español Mansur Escudero, tiene cinco hijos y es editora, sí lleva el cabello cubierto. 'Me pongo el hiyab', dice, 'por elección propia, como símbolo del derecho a mi propia imagen. Admiro a las musulmanas que estos días llevan el velo en España, pese a las miradas raras que sufren en la calle, y también admiro a las musulmanas, como Jadicha, que no llevan velo, pese a las miradas raras de los musulmanes. No, no creo que el hiyab sea obligatorio. Como la barba del hombre, es un asunto personal'.

El imam de Fuengirola

En el verano de 2000, An Nisa fue pionero en denunciar al imam de Fuengirola y su tristemente célebre libro sobre cómo pegar a las esposas sin dejarles marcas. 'La lectura del Corán que hizo ese imam fue nefasta y no podíamos dejarla pasar', dice Jadicha Candela. Así que grupos como An Nisa, del que existen equivalentes masculinos, femeninos y mixtos en el islam oriental y occidental, son el fermento de esa urgente e imprescindible reforma que esta religión debe hacer para incorporarse a la modernidad universal de la democracia, los derechos humanos, la igualdad de los sexos y la separación entre religión y política. 'El verdadero problema, la verdadera lucha', dice Jadicha, 'está en el interior del islam. Nuestra religión se quedó anquilosada cuando en su seno nació una casta de intermediarios, un aparato de ulemas. Se perdió así la esencia de una religión que no necesita clérigos, que se basa en la relación directa entre el creyente y su libre espíritu y Dios'.

Participan también en el congreso musulmanas nacidas fuera de España, pero residentes aquí. Y sobre él planea el debate sobre el llamado multiculturalismo. Jadicha Candela y Kámila Toby piensan que ése es otro asunto que se está desenfocando. 'La fórmula para asumir la nueva pluralidad religiosa de España y para integrar a los inmigrantes', dice Candela, 'es bien simple: respétese la libertad de creencias y formas de vida que establece nuestra Constitución y acepte todo el mundo los valores comunes democráticos, pluralistas, tolerantes y humanistas de esa Constitución. Derechos y deberes ciudadanos iguales para todos, ésa es la solución racional'.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_