El Papa realiza su visita 'virtual' a Moscú e irrita a la Iglesia ortodoxa

Varios miles de personas se reunieron ayer en la catedral católica de la Inmaculada Concepción de María de Moscú para compartir sus rezos con el papa Juan Pablo II y otros fieles europeos en la primera videoconferencia internacional en la que el Vaticano ha incluido también a la capital de Rusia, junto a ciudades como Valencia, Viena, Budapest y Estrasburgo. La visita ha irritado a la Iglesia ortodoxa rusa.

El evento, que estuvo dedicado a la unidad de los cristianos, ha sido interpretado por la Iglesia ortodoxa rusa como un paso más en el marco de una ofensiva misionera hostil. Pocas horas antes de que el Papa apareciera por televisión, realizando así la llamada visita virtual a Rusia, el patriarca Alejo II, la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa rusa, acusó al Vaticano de intentar dividir al pueblo ruso con su actividad misionera.

Desde la catedral ortodoxa de la Asunción, situada en el recinto del Kremlin, Alejo II elogió al patriarca Ermogen, una figura eclesiástica del siglo XVII, por 'haberse manifestado con firmeza contra los intentos de convertir a Rusia al catolicismo' y haberse opuesto a la 'expansión católica'. Alejo II advirtió de que Rusia se encuentra hoy de nuevo en una situación parecida a la del siglo XVII y previno contra las acciones de los que intentan 'seducir con promesas a nuestro pueblo'. Según el patriarca, la situación actual recuerda la época conocida como Smutnoe Vremia (el tiempo de las revueltas), como se conoce el periodo que medió entre el fin de la dinastía de los Riurikov en 1584 y el comienzo de la dinastía de los Romanov en 1613. Según el patriarca, de nuevo se hacen intentos hoy de convertir a los rusos al catolicismo olvidándose de la historia milenaria de los ortodoxos en Rusia.

Alejo II, que con su comparación histórica aludía a la influencia polaca en la historia de su país, no quiso comentar directamente la visita virtual del Papa, pero dijo que estaba de acuerdo con los que mostraban 'ironía' ante este acontecimiento.

Los miles de personas que llenaban totalmente la catedral de la Inmaculada Concepción de María irrumpieron en un entusiasta aplauso cuando la figura del Papa apareció en las tres pantallas gigantes, que habían sido instaladas en el interior del templo. Antes, el arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz, máxima autoridad católica en Rusia, exhortó a los cristianos rusos a superar las dificultades en este camino. 'Jesús creó una iglesia y las divisiones que existen en ella son como una herida sangrante en el cuerpo de Cristo', manifestó Kondrusiewicz, que, para mejor ilustrar su ejemplo, recurrió a la comparación con el euro, la moneda única europea. 'Si los europeos pueden unirse en nombre de su beneficio económico, ¿por qué han de permanecer divididos los cristianos que practican la misma religión?', se preguntó retóricamente.

La catedral almacén

La catedral de la Inmaculada Concepción, un edificio construido para la comunidad católica polaca a principios del siglo XX, fue utilizado como almacén durante la época soviética hasta su reciente restauración. El templo, donde también se ofician misas en español, es muy visitado por sus conciertos de órgano.

Las tensiones entre la Iglesia católica rusa y la Iglesia ortodoxa se han agudizado a raíz de la creación de cuatro diócesis católicas en el territorio de Rusia. La Iglesia ortodoxa rusa es considerada como la fe mayoritaria de los rusos, pero los fieles activos y comprometidos con esta fe constituyen una comunidad más reducida en la práctica. La actividad misionera del Vaticano ha irritado a los dirigentes ortodoxos. Éstos tienen una concepción patrimonial del territorio y el pueblo ruso y acusan a los católicos de intentar sacar 'dividendos' de la 'tragedia' y el 'genocidio' sufridos por la ortodoxia en época comunista.