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El Tribunal Superior manda repetir el juicio de la mujer condenada por matar a su bebé en el Retiro

El alto tribunal solicita que en la nueva vista declare un psicólogo recusado en la primera

La Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia ha ordenado repetir el juicio con jurado celebrado en noviembre de 2001 y que impuso una condena de 17 años de cárcel a la ecuatoriana Felicitas Melva Cañar Camacho, de 24 años, por haber asesinado a su hija recién nacida en el parque del Retiro. Los jueces entienden que la vista debe repetirse porque durante el juicio en la Audiencia Provincial se impidió testificar a un psicólogo propuesto por la defensa de Melva. Este psicólogo tenía previsto explicar las 'especiales' circunstancias que concurrieron en el crimen.

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El tribunal interpreta que el testimonio de este psicólogo habría clarificado el estado de Melva en el momento de los hechos y favorecido la aplicación de algún atenuante. Los jueces razonan: 'Las particulares condiciones que rodeaban a la acusada (emigrante sin trabajo y carente de familiares y amigos, ignorante de los más elementales recursos asistenciales de que gozaba) (...) permite estimar que se podría haber alegado y probado una alteración psíquica hábil para modificar, aminorándola, la responsabilidad penal, que [en este caso] destaca por su severidad'.

El tribunal del jurado estimó en el juicio, celebrado en noviembre en la Audiencia Provincial, que Melva, ecuatoriana de 24 años, era culpable de un delito de asesinato, y la condenó a cumplir 17 años de reclusión (actualmente está en la cárcel de Soto del Real). Pero la sentencia emitida ahora por el Tribunal Superior ha anulado el juicio y la condena y obliga a celebrar otra vista y con jurado distinto del que la condenó, además de que se oiga en declaración al psicólogo propuesto por la defensa de Melva.

Esta nueva sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado José Luis Quesada Varea, es consecuencia de un recurso presentado por María Luz Bleda, abogada de Melva. La letrada alegó indefensión de su clienta por no haber permitido la Audiencia el interrogatorio del citado psicólogo, que es 'doctorado en estudios sobre inmigraciones en la Universidad Pontificia'.

En uno de los fundamentos de derecho de la sentencia del Tribunal Superior se hace constar: 'La ausencia de la práctica de dicha prueba impidió la acreditación de ciertos hechos relevantes que posibilitarían la alegación por la defensa [de la acusada] de una circunstancia atenuatoria o exoneratoria, total o parcial, de la pena, o la inclusión de oficio de esos hechos en el objeto del veredicto'.

La abogada de Melva anunció ayer su intención de pedir al Tribunal Superior la libertad provisional de su clienta hasta tanto se celebre el nuevo juicio, lo que previsiblemente tardará un año.

En el juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia de Madrid en noviembre pasado, el jurado declaró como probado que la mañana del 11 de noviembre de 2000 Felicitas Melva sintió dolores y contracciones de parto. Se encaminó al parque del Retiro de la capital, donde alumbró a una niña 'que nació viva y sin ningún tipo de malformación congénita'. Inmediatamente después, la acusada desgarró el cordón umbilical del bebé, 'sin efectuar ningún tipo de nudo que impidiera que se desangrara'. Posteriormente introdujo al bebé en dos bolsas de plástico y la abandonó entre unos arbustos del parque.

Culpable

Según la sentencia, firmada por la magistrada Consuelo Romera Vaquero, la Audiencia Provincial consideró a la mujer culpable de asesinato, con el agravante de parentesco, y la condenó a 17 años y seis meses de prisión. Ante la sala, la acusada explicó que, después de abandonar a la criatura entre los arbustos, volvió a su domicilio 'como pudo'. Una vez allí, sus compañeras de piso la acercaron hasta un centro sanitario. Los médicos la atendieron de un desgarro vaginal posparto y le preguntaron dónde estaba el recién nacido; al no obtener respuesta, dieron parte a la policía.

El fiscal señaló en aquel primer juicio que las fuerzas de seguridad 'tardaron tres días en localizar el cuerpo del bebé' debido a que Melva les comunicaba calles y direcciones 'falsas' cuando los agentes le preguntaban dónde había abandonado a la niña.

Melva aseguró ante el tribunal que su hija nació muerta y que ella se deshizo del cadáver porque 'estaba en situación ilegal en España y temía ser expulsada' si daba cuenta de ello a la policía. También indicó a la sala que su embarazo había sido fruto de una agresión sexual cometida contra ella 'por el señor' de la casa de Quito (Ecuador) donde trabajaba meses antes de trasladarse a España.

En su última declaración ante los jueces, Felicitas Melva pidió al tribunal: 'Tengan compasión por mí, por mi familia y mi otra hija de cuatro años que está en Ecuador. Veinte años de prisión son muchos para mí. Ellos dependen mucho de mí y he hecho un gran esfuerzo para venir a trabajar a España'.

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