Las empresas de seguridad privada se blindan ante la crisis
Elsector prevé facturar 1.800 millones de euros este año
El negocio de la seguridad privada en España ha pasado de facturar 1.080 millones de euros en 1996 a los más de 1.500 de 2001, y para este ejercicio, la patronal Aproser, que reúne a las 11 mayores empresas del sector, cree que las ventas alcanzarán los 1.800 millones.
El crecimiento del sector parece natural si se tiene en cuenta que la delincuencia creció en España un 10,52% en 2001, y que los robos en inmuebles lo hicieron en un 20,34%. El 23,6% de los ciudadanos españoles consideran la inseguridad ciudadana uno de los tres principales problemas de la sociedad, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), frente al 8,5% que lo pensaban un año antes. Pero las empresas de protección y vigilancia aseguran que este aumento no queda aún reflejado en los balances, y que, en todo caso, no es sólo la mayor sensación de vulnerabilidad la que contribuye al desarrollo del sector. También la necesidad de combatir mafias cada vez más preparadas tecnológicamente y el desarrollo económico animan las ventas.
'Lo que el ciudadano europeo valora más, una vez que tiene sus necesidades básicas cubiertas, es que le den seguridad', asegura Ángel Vizcaíno, presidente de Aproser. Las empresas agrupadas en esta patronal, que reúne a las grandes y representa un 80% de la facturación del sector en España crecieron en 2001 en torno al 11%, y esperan hacerlo en un 12% este año.
Prosegur, la empresa española líder en el sector, considera también que el desarrollo económico tiene una repercusión directa en la contratación de servicios de seguridad. La facturación del grupo alcanzó los 307,5 millones de euros en el último trimestre de 2001, una cifra que supera en un 86,9% a la del mismo periodo del ejercicio anterior. Desde la firma apuntan a que gran parte de este crecimiento se debe a la adquisición de las empresas Juncadella y Cinieri el año pasado, cuyas cuentas de resultados pasaron a engrosar las de Prosegur. Para este año, la sociedad tiene previsto obtener un beneficio de 40,7 millones de euros, lo que supone un 11,5% más que en 2001.
La facturación de otro grande, Securitas, ascendió en España a 362 millones de euros en 2001, lo que supone un aumento del 30% con respecto al ejercicio anterior. El caso de Securitas es especial, porque a la buena racha del sector hay que sumar el convenio que sus vigilantes han firmado para el periodo 2002-2004, y que incrementa sus salarios en un 16% para este año, algo que, según la empresa, repercutirá en los costes, 'en los preciso de venta y en la facturación del sector'. La llegada del euro y la retirada de la peseta han hecho del tratamiento de efectivo el área de negocio más pujante dentro de Securitas: creció un 46% en 2001 y hasta alcanzar una facturación de 89 millones de euros.
Otro elemento que anima las ventas es la necesidad de contar con sistemas de seguridad cada vez más sofisticados ante unos delincuentes que también se apuntan a las nuevas tecnologías. Alarm-com Ingelsa, una empresa dedicada a la fabricación de equipos de seguridad, ha crecido una media del 30% anual en los últimos tres años, pero hay divisiones, como la de vigilancia remota por vídeo utilizando tecnología ADSL, con la que se doblan ventas de un año a otro. 'La seguridad es una inversión, y empresas como centros comerciales o grandes superficies lo saben', asegura Carlos Ángeles, director comercial del grupo.
El secreto del éxito del sector parece sencillo, sobre todo cuando se trata de proteger empresas y negocios. Sus dueños no reparan en gastos de seguridad porque saben que con evitar que les sisen durante seis meses 'ya han amortizado el gasto de la cámara o del sistema de vigilancia', concluye Ángeles.
Las alarmas, la 'niña bonita' del negocio
Dentro del sector, existen divisiones estrella. Una de las que ha experimentado un mayor desarrollo es la relativa a las centrales de alarma. Hace pocos años no alcanzaba el 10% de la facturación de la industria de la seguridad, y hoy se aproxima al 20% del total, según los datos manejados por la patronal Aproser. El aumento de la vivienda unifamiliar residencial y el abaratamiento del coste de estos servicios explican su crecimiento. Y ya no es sólo patrimonio exclusivo de las clases sociales más acomodadas: los habitantes de barrios conflictivos demandan cada vez más este tipo de productos. La demanda de alarmas de seguridad, que ha crecido un 45% ha convertido a estos aparatos en los más demandados para Securitas, uno de los grandes del sector. La instalación de uno de estos sistemas cuesta entre 360 y 600 euros, e implica pagar una cuota de aproximadamente 18 euros cada mes. Pero también los pequeños notan un aumento en la demanda. Las pymes del sector, agrupadas en la Fes (Federación de Empresas de Seguridad), que reúne 106 negocios de tamaño medio y pequeño, prevén que los sistemas electrónicos de seguridad contra robo crezcan un 30% y la conexión con las centrales de alarma, un 35%.
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