'Las críticas a Yenín se basan en rumores'
Simón Peres cree que las críticas suscitadas por la ofensiva del Ejército israelí en Cisjordania, especialmente en el campo de refugiados de Yenín, son totalmente infundadas y que se basan exclusivamente en rumores. La operación, declaró el ministro de Exteriores israelí a EL PAÍS, tras asistir a una reunión de la Internacional Socialista, estaba totalmente justificada. Afirma que en Yenín murieron 50 palestinos, de los cuales sólo tres eran civiles, y está convencido de que la comisión de la ONU que investigará lo sucedido llegará a la misma conclusión. Peres cree que la pelota está, una vez más, en el tejado del líder palestino, Yasir Arafat, y que le corresponde a él tomar la iniciativa para regresar al proceso de paz.
Pregunta. ¿Ha pensado en estas últimas semanas en abandonar el Gobierno de coalición de Sharon?
Respuesta. En las últimas semanas he pensado en cómo hacer la paz. Creo que tanto la derecha como la izquierda están cometiendo errores. La izquierda no comprende que sin una mayoría es imposible lograr la paz. Si hablara sólo de paz, debería convertirme en un poeta. Yo soy un político y debo construir una mayoría, y para eso necesitamos a parte de la derecha. La derecha no entiende que sin los palestinos no podemos hacer la paz, así que intentamos tender puentes a los palestinos. Si es preciso otro mes, esperaremos otro mes.
P. ¿Que se ha conseguido con la última ofensiva en Cisjordania?
R. Hemos hecho cosas que debería haber hecho Arafat. En concreto, recolectar armas ilegales, detener a gente que ha cometido delitos y ha matado a otras personas. Había líderes terroristas en todos esos lugares. Arafat había prometido detenerlos y no lo hizo. También había laboratorios para fabricar bombas que han sido destruidos. Marzo fue un mes terrible para nosotros: estallaron seis bombas, 126 personas perdieron la vida, algunas de ellas rezando durante la cena de Pascua. Israel tenía que reaccionar. No podíamos esperar a sufrir más bombas.
P. ¿Cuánta gente ha sido detenida durante la operación?
R. Cerca de mil. Muchos han sido ya liberados porque no habían cometido ningún delito, pero más de cien habían participado en actos terroristas y tendrán que responder ante la justicia.
P. Ha habido muchas críticas en todo el mundo a la ofensiva en Cisjordania, especialmente al asalto al campo de refugiados de Yenín. ¿Qué sucedió?
R. Las críticas a Yenín son un escándalo, porque se basan exclusivamente en rumores e historias sin fundamento. Se ha dicho: 500 personas murieron, 3.000 personas murieron... La verdad es que murieron 50 palestinos, 47 de ellos armados y 3 civiles, que lamentamos mucho. Nosotros perdimos 23 soldados. Fue una batalla cruenta. La proporción 23 a 47 es una proporción militar, no tiene nada que ver con esos rumores esparcidos por todo el mundo.
P. ¿Cree que la comisión investigadora de la ONU dará una versión distinta?
R. Nosotros sabemos lo que sucedió. No tenemos nada que ocultar. Dejémosle que lleguen a una conclusión y que se la comuniquen al mundo, porque hasta ahora todo ha sido una patraña, no una historia real.
P. ¿Cuál debe ser el próximo paso para regresar al proceso de paz?
R. El próximo paso debe ser un alto el fuego, y para ello, Arafat debería hacer su trabajo, y nosotros el nuestro. A Israel se le han pedido medidas tangibles, como retirar el Ejército, desbloquear los caminos... A Arafat se le ha pedido hacer una declaración pública en su propio idioma contra el terrorismo, y ordenar a sus 30.000 policías que lo combatan. Puede y debe hacerlo, como nosotros estamos haciendo lo que se nos ha pedido.
P. ¿Cree que Arafat debe seguir confinado en Ramala?
R. El problema no es él, sino los asesinos del ministro israelí de Turismo. Según los acuerdos firmados por Israel y los palestinos, deberían ser extraditados a Israel y esa es nuestra exigencia.
P. ¿Ha recibido duras críticas de la Internacional Socialista?
R. Algunos me han criticado, pero yo también he sido muy crítico, porque, a mi juicio, ellos basan algunas de sus ideas en rumores.
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