El Manchester busca el milagro
El conjunto de Ferguson apela ante el Leverkusen al espíritu de Turín
A finales de 1999, seis meses después de que el Manchester ganara el triplete de la Liga inglesa, la Copa y la Liga de Campeones, un periodista preguntó a Alex Ferguson por el secreto de su triunfo. 'Varios factores', respondió; 'el primero, la suerte'. '¿La suerte?', repitió el reportero, asombrado por el inusual gesto de humildad del técnico escocés. 'Sí. No lo dude. La suerte', insistió éste. '¿Y en qué ha consistido?'. 'En muchas cosas, pero más que nada en la milagrosa ausencia de lesiones'.
Si Ferguson recuerda esas palabras lo hará con cierta ironía. En el curso actual no se ha repetido el milagro. En las más recientes noches europeas, en los cuartos de final y las semifinales, su vestuario se ha convertido en una sala de urgencias. El primero en caer, contra el Deportivo, en Riazor, fue Keane, un centrocampista cuya fortaleza anímica ejerce un peso incalculable. Después, el noruego Johnsen, al que Old Trafford considera el mejor defensor, y Beckham, el mejor futbolista de las islas, que se rompió el hueso de un pie y, ante el temor de que se pierda el Mundial, hundió a toda Inglaterra en la depresión. Y, finalmente, ya contra el Bayer Leverkusen (2-2 en la ida) ocurrió lo que Ferguson calificó de 'increíble': Gary Neville, el técnicamente discreto pero confiable lateral derecho, sufrió la misma lesión que Beckham.
La cuestión ahora es si los jugadores de Ferguson van a poder superar la mala suerte que les ha tocado este último mes y participar en la final que toda Europa, con respetos al Barça y el Leverkusen, sueña: Manchester-Madrid. Para que esto ocurra, suponiendo que en el Bernabeu no se dé un resultado extraordinario, el Manchester tendrá que vencer al equipo alemán o empatar a tres goles o más.
'Jugar peor que en la ida es imposible', ha declarado Giggs. Aquel Manchester no se pareció en absoluto al que había derrotado al Deportivo o al que había ganado (0-3) al Chelsea de Hasselbaink y Desailly. Hasta se podría decir que tuvo algo de suerte contra el Leverkusen, que mereció la victoria. Lo que siempre ha definido al Manchester de Ferguson ha sido la extraordinaria intensidad que demuestra, pero lo curioso fue que el Bayer llegó con más ganas. Se le vio más motivado. El Manchester jugó como si pensara que ganaría por derecho divino.
No volverá a repetir ese error hoy (20.45, Canal +; 22.30, en diferido, La 2). Keane, recuperado de su lesión, será titular y, si a alguno de sus compañeros se le ocurriese rendir a menos del 100%, el irlandés, que fue boxeador antes que futbolista, se lo hará saber. Lo que busca el Manchester es repetir la hazaña de hace tres años, cuando, tras empatar en su campo, ganó (3-2) al Juventus en Turín. Aquella noche el despliegue de Keane fue descomunal. Pero también contaba con la artillería de Beckham.
Verón será el responsable de llenar el vacío creativo de Beckham. La estrella inglesa querrá que la argentina esté a la altura del reto. Porque, según su padre, ha ocurrido otro milagro. Si el Manchester llega a Glasgow, Beckham, que, en principio, temía no participar en el Mundial, podría jugar.
Naturalmente, el Leverkusen de Klaus Toppmoeller está dispuesto a que el Manchester no se salga con la suya. Sin embargo, la pérdida del liderato en la Bundesliga tras caer ante el Nüremberg (1-0) y la lesión de Ballack, dudoso, le han sembrado dudas.
Bayer Leverkusen: Butt; Zivkovic, Nowotny, Lucio, Placente; Sebescen o Ballack, Ramelow, Schneider, Bastürk, Ze Roberto, y Berbatov.
Manchester United: Barthez; Phil Neville, Blanc, Johnsen, Silvestre; Verón, Keane, Butt, Scholes, Giggs; y Van Nistelrooy.
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