El Museo de Bellas Artes de Bilbao exhibe sus 13 nuevas adquisiciones de arte contemporáneo

El Museo de Bellas Artes de Bilbao reabrió ayer sus salas dedicadas al arte contemporáneo, en las que ha reordenado sus fondos de esa época e incoporado las últimas adquisiciones. Javier Viar, en su primera comparecencia pública tras ser nombrado director del museo, hizo hincapié en lo acertado de estas compras apalabradas por su antecesor, Miguel Zugaza, actual director del Museo del Prado. Viar calificó de 'absoluta justicia' las nuevas incorporaciones. En ellas se incluyen obras del arte vasco reciente cuyos autores no estaban representados en la colección del museo.

Las salas del Museo de Bellas Artes dedicadas al arte contemporáneo, situadas en la segunda planta del edificio moderno, se han llenado de luz y de aire. La reordenación de una parte de los fondos de la colección, una labor en la que se ha jugado con paneles y con el enfrentamiento de determinadas obras, se ha hecho pensando en el espectador y así se ha conseguido mostrar sin agobiar, lucir sin abrumar. El visitante puede, desde ayer mismo, recrearse en esos fondos del siglo XX cómodamente, pasear entre este arte de forma plácida y conveniente.

El principal atractivo de la reordenación del bagaje contemporáneo es la presencia de las 13 nuevas adquisiciones del museo, algunas de ellas compuestas por varias piezas. De las 13, una docena corresponden a artistas vascos. La otra, la obra titulada Des potirons (Calabazas), de Miquel Barceló (Felanitx, 1957), es un cuadro de grandes dimensiones pintado en 1998 y la única obra que cuelga en el museo bilbaíno del artista mallorquín. El Bellas Artes lo ha adquirido por 220.000 euros.

Javier Viar señaló que el museo bilbaíno mantendrá una política de adquisición de obras en la que prevalecerá la calidad sobre la cantidad. 'Soy del criterio de que una pieza debe comprarse para colgar, no para guardar en los sótanos. Siempre que se pueda se debería comprar obras importantes. Vale la pena esperar un poco antes que adquirir tres piezas menores', indicó.

Entre las nuevas adquisiciones del Museo de Bellas Artes se encuentran obras de autores vascos que hasta ahora no estaban representados o lo estaban escasamente. Obras del arte vasco más reciente de autores como Txomin Badiola (Bilbao, 1957), Angel Bados (Olazagutia, 1945), Pello Irazu (Andoain, 1963), Juan Luis Moraza (Vitoria, 1960) y José Ramón Sáinz Morquillas (Barakaldo, 1974). Además, las salas también presentan dos nuevas obras de Juan José Aquerreta (Pamplona, 1946), otras dos de Jesús María Lazkano (Bergara, 1960), el tríptico Duranguesado de Daniel Tamayo (Bilbao, 1951) y dos obras de Darío Urzay (Bilbao, 1958) compuestas por cinco piezas cada una. Una de estas dos obras de Urzay, las impresiones digitales de El vientre del observador, se encuentra medio escondida, para que sea visible desde el parque de Doña Casilda, a través de los ventanales de la pinacoteca.

Las salas dedicadas al arte contemporáneo del Museo de Bellas Artes de Bilbao albergan en total más de un centenar de obras y ofrecen una visión de las principales tendencias de la pintura vasca y española desde principios del siglo XX hasta nuestros días, además de incluir a grandes artistas internacionales. El recorrido por este espacio, según explicó el propio director del museo, se inicia desde las experiencias vanguardistas en torno al cubismo y al surrealismo, continúa por los llamados grupos de la Escuela Vasca, la abstracción española, la figuración y el realismo y termina con algunas de las más recientes adquisiciones del museo.