Un garaje en obras, inundado por 5 millones de litros de agua
Los bomberos desalojaron a un centenar de vecinos ante el riesgo de hundimiento de sus casas
La rotura de una tubería del Canal de Isabel II, de 660 milímetros de diámetro, convirtió ayer el vaciado para el aparcamiento de un bloque de viviendas en Puente de Vallecas en una piscina con cinco millones de litros de agua. Los bomberos, que estuvieron achicando agua todo el día, desalojaron tres portales contiguos a la avería ante el riesgo de hundimiento. La capital ha sufrido tres incidentes similares en las últimas horas: una tuneladora rompió un colector entre la calle de Príncipe de Vergara y la glorieta de López de Hoyos (Chamartín); la limpieza de un pozo negro provocó un socavón en la calle de José del Río (Carabanchel), y, el pasado martes, la rotura de una tubería dejó 17 horas sin agua a una zona de Vallecas.
'De repente, oímos una fuerte explosión y empezó a salir el agua a borbotones, con más de un metro y medio de altura. Fue impresionante', contaba ayer un vecino del número 9 de la calle de Mendívil (Puente de Vallecas), donde se produjo la rotura de la cañería. Era medianoche del martes, y el estruendo alertó a los vecinos, que bajaron a la calle. El agua se embalsó desde el primer momento en las obras de un bloque de 44 viviendas, cuyo vaciado había terminado hace unos días.
Al lugar acudieron los bomberos del Ayuntamiento y los técnicos del Canal, que comprobaron que la avería provenía de una tubería de 660 milímetros. 'Fue vergonzoso. Tardaron casi una hora en encontrar la llave que cortaba el paso del agua, mientras salían litros y litros. Miraron incluso debajo de los coches, sin dar con ella', dijo un vecino del número 42 de la avenida de Peña Prieta.
Las columnas de contención que se habían puesto durante el vaciado de la zona donde se construirá el garaje evitaron el hundimiento de los edificios colindantes, según el jefe de guardia de los bomberos, José Luis Legido. Pese a ello, los bomberos ordenaron el desalojo de los portales 42 y 44 de la avenida de Peña Prieta y del número 9 de la calle de Mendívil. Unos 100 vecinos tuvieron que permanecer fuera de sus casas entre las 0.45 y las 2.30.
'Un susto enorme'
'Estaba acostado cuando, de repente, me despertó mi esposa y me dijo que me vistiera rápido, que había que salir del edificio', explicó Benigno Zamorano, que vive desde hace 60 años en el 44 de la avenida de Peña Prieta. 'Nos llevamos un susto enorme, porque estos pisos tienen muchos años y no sabes si los cimientos aguantan', señaló Francisco Javier García, otro vecino de ese inmueble.
La tubería que estalló tenía más de 25 años y su finalidad es transportar agua a otras zonas de la ciudad, por lo que los vecinos de Puente de Vallecas no sufrieron cortes de suministro, según el Canal de Isabel II. La peor parte se la llevaron las obras del edificio. El agua alcanzó seis metros de altura y llegó a cubrir una máquina excavadora. Los bomberos necesitaron todo el día de ayer para achicar el líquido elemento, a una velocidad de 30.000 litros por minuto.
'Esto nos retrasará 15 días. Todo el trabajo que teníamos hecho, que era el suelo del garaje, se ha echado a perder. Tendremos que esperar a que se seque. Menos mal que es verano y hace calor', se lamentó el jefe de obras, Fernando Marchán.
Por otra parte, la rotura de un colector por una tuneladora bajo la plaza de López de Hoyos obligó a cortar ayer el tráfico entre esta glorieta y la calle del Príncipe de Vergara (Chamartín). Fuentes del Ayuntamiento señalaron que las obras del túnel de la calle de María de Molina dejaron al descubierto la existencia de filtraciones de aguas residuales procedentes del colector, por lo que paralizaron las obras para evitar riesgos a los trabajadores y proceder a la reparación del colector. 'Desde que han empezado las obras ha comenzado el movimiento del edificio y las grietas en las columnas', se quejaba Alicia Fernández González, dueña de una tienda de muebles en López de Hoyos.
Asimismo, un socavón que se abrió durante la limpieza de un pozo ciego en el número 39 de la calle de José del Río (distrito de Carabanchel) obligó a cortar el tráfico desde las nueve de la noche del martes, permitiéndose el paso sólo a los residentes. Anoche, la calle seguía cerrada a los coches.
Una red de 10.500 kilómetros
'Fortuitas y normales en el verano'. Esos dos calificativos son los que utilizó ayer el gerente del Canal de Isabel II, Arturo Canalda, para explicar las roturas de conducciones que ha sufrido la capital en los dos últimos días. Canalda señaló que el descenso del consumo de agua por las vacaciones que se toman los madrileños en los meses estivales provoca un aumento de la presión que puede traducirse en roturas en cualquier punto de la red. El gerente aseguró que estas averías son frecuentes en cualquier compañía suministradora de agua. Para tratar de evitarlas, el Canal invierte todos los años 20 millones de euros con los que cambia las canalizaciones que superan los 25 años de antigüedad. Cada año son cambiados 120 kilómetros, de los 10.500 que conforman la red, lo que supone que la renovación de toda la red durará 80 años. 'Las roturas siempre se producen por la parte más débil. En este caso se trata de las tuberías más antiguas, que ya no soportan ese aumento de la presión', precisó Canalda. 'Al Canal de Isabel II le gustaría poder renovar más rápidamente las canalizaciones, porque tenemos capacidad económica para ello, pero también es cierto que no podemos tener toda la ciudad con zanjas. Si todas las compañías suministradoras hicieran lo mismo, Madrid estaría levantado permanentemente', añadió. El responsable del Canal aseguró que los técnicos están estudiando reducir la presión de la red durante los meses de verano, pero también reconoció que existen problemas técnicos que invitan a descartar a priori esta solución: 'Las zonas más elevadas de la ciudad y los pisos más altos tendrían dificultades para recibir un buen servicio. Además, nuestras canalizaciones están preparadas para trabajar a una presión determinada', subrayó. Canalda lamentó las molestias que estas averías causan a los madrileños y añadió que el Canal está haciendo 'todo lo posible' para evitar que se repitan. 'Cuando se produce una rotura y los clientes se quedan sin suministro, enviamos un camión cisterna para abastecerles o un camión con bolsas de agua para sus necesidades más inmediatas', señaló. Las reservas de agua embalsadas en la región se encuentran al 53% de su capacidad. 'No es una cifra para estar muy contentos, pero tampoco debemos alarmarnos', concluyó Canalda.
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