Rafael Amargo triunfa en Spoleto con su 'Poeta en Nueva York'
Dentro del ambicioso programa para 2002 del Festival de Dos Mundos, que aún preside con energía su fundador, el compositor Gian Carlo Menotti, la danza ocupa, como siempre, un importante lugar entre óperas, conciertos y exposiciones. Y las grandes atracciones dancísticas son las galas de estrellas en la plaza del Duomo (hoy y mañana, con los mejores bailarines de las principales compañías europeas); y la presentación internacional de Rafael Amargo, con su Poeta en Nueva York -tras su exitosa y larga temporada en el Teatro Lope de Vega de la Gran Vía madrileña-, cuyo debú fue anteayer en el Teatro Romano de la ciudad, un escenario legendario que acoge desde hace décadas los maratones de danza y las piezas teatrales clásicas. Críticos, entusiastas y balletómanos coinciden ya en que desde los triunfos de Antonio Gades con su compañía en décadas pasadas no pasaba aquí con el ballet flamenco algo así.
En el espectáculo de Amargo, de dos horas de duración sin intermedio, se suceden las imágenes inequívocamente lorquianas, de gran fuerza y belleza. Amargo ha hecho un notable esfuerzo al usar nuevas grabaciones (realizadas para Spoleto) en la voz de un actor italiano que dice, traducidos a la lengua de Dante, los textos en prosa del poeta granadino; los poemas se han mantenido en castellano en las voces y las imágenes de Marisa Paredes, Cayetana Guillén Cuervo y Miguel Cazorla arrancaron aplausos, lo mismo que el solo de Amargo, en una especie de sacrificio taurino lleno de sensualidad y martirologio terrenal. Poeta en Nueva York tendrá en Spoleto un total de seis funciones.
La boda gitana, el baile folclórico gallego, el solo de la mujer abandonada, el viaje en el mar. Ninguna escena dejó de ser valorada en positivo por un público acostumbrado al riesgo y al sonido contemporáneo.
Babelia
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