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FESTIVALES DE VERANO

Los estudiantes de Lissner triunfan en Aix

El festival anuncia para el año que viene a Boulez, Henschel, Mussbach y Minkovski

La tarde del domingo fue un paseo triunfal para la Academia Europea de la Música, la niña bonita de Stéphane Lissner. Por la tarde, los jóvenes académicos participaron en La zorrita astuta, de Janácek; por la noche, en un espectáculo de Franz Wittenbrink alrededor de El sueño de una noche de verano, con los Titania, Puck, Oberón y compañía cantando arias de ópera o concierto de Mozart. La academia ha alcanzado la mayoría de edad.

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La academia es un proyecto pedagógico que reúne durante junio y julio a cantantes e instrumentistas de menos de 35 años procedentes de medio mundo. Este año han participado 55 cantantes, 6 cuartetos de cuerda y 16 instrumentistas, con 38 profesores en una gama que va desde Christa Ludwig a Alain Planés. La versión de Jonathan Dove para los 16 instrumentistas de la ópera La zorrita astuta se representa con éxito este mes en el teatro de Jeu de Paume con solistas vocales de la academia. La puesta en escena está a cargo de una chica de poco más de 30 años, Julie Brochen, que se ha presentado con un aluvión de ideas debajo del brazo, tal vez excesivas. Demuestra, en cualquier caso, que es rigurosa e imaginativa, integrando una lectura personal desde la pintura (y en particular a través del dibujo y las perspectivas) y una recreación con halo contemporáneo de las leyendas de infancia. La sensación de que todo está haciéndose se une a los hallazgos de correspondencia entre los animales y los seres humanos por medio del movimiento y la danza. Algún defectillo en la nitidez de la narración en el primer acto no impide que transmita una imagen de madurez conceptual y de dominio. La orquesta de la academia salió más que airosa del reto y entre los cantantes sobresalió Yvette Bonner en el papel de la zorrita.

De signo bien distinto es el espectáculo de Wittenbrink en torno a Shakespeare y Mozart, con acompañamiento de clarinete, violín, violoncelo y piano (tocado por el propio Wittenbrink). Personaje curioso. Heredero en cierto modo de mayo del 68, llegó a ser uno de los fundadores de la Unión Comunista de Alemania Occidental. Su dedicación a la música es una consecuencia del desencanto político. Su sueño mozartiano de una noche de verano está pensado en función de un espacio, el coqueto patio del palacete Maynier d'Oppède, con su estanque de agua y piedras, sus enormes árboles y las ventanas abiertas del edificio. Tiene hallazgos y el espectador se divierte sobre todo si está familiarizado con Shakespeare y Mozart. La estructura del espectáculo es, en cualquier caso, reiterativa. Es un divertimento de verano que quizá necesite para mantenerse en una gira (tiene anunciadas 29 representaciones la próxima temporada, comenzando por La Abadía de Madrid) voces de más enjundia.

El festival de Aix-en-Provence anunció ayer su próxima edición, con Pierre Boulez dirigiendo Falla, Dietrich Henschel cantando Wozzeck, Mussbach dirigiendo escénicamente La Traviata, Minkowski dirigiendo musicalmente El rapto en el serrallo y François Sarhan protagonizando un estreno mundial. En el balance de este año están en lugar destacado, además de la reposición de El retorno de Ulises a la patria, de Monteverdi, con William Christie, el estreno de Eötvös y el lanzamiento de un par de sólidos directores de escena jóvenes.

Una imagen de la representación de <i>La zorrita astuta,</i> de Janácek, en el teatro de Jeu de Paume.
Una imagen de la representación de La zorrita astuta, de Janácek, en el teatro de Jeu de Paume.

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