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Reportaje:

Vacaciones sin padres

Los campamentos de verano, una opción para practicar deporte y divertirse fuera de casa

María tiene 20 años y trabaja como monitora en uno de los campamentos de verano que organiza todos los años la Diputación de Vizcaya. Este verano le ha tocado ocuparse, junto con otros dos compañeros, de los 20 chicos y chicas que forman el campamento de Urdaibai, en el camping de Arquetas de Laida.'Hace dos años me saqué el título de monitora', cuenta María. Desde entonces pasa sus veranos de aventuras con los chavales. 'Se suelen portar bien, no nos dan mayores problemas y además disfrutamos mucho con ellos'.

Y los chicos se lo pasan en grande. El grupo llegó al campamento el sábado pasado para disfrutar durante 10 días de diferentes actividades. En estas jornadaspracticarán deportes como el piragüismo, kayac de mar, senderismo o bicicleta de montaña. El lunes les tocó senderismo. Nerea se queja de que las excursiones son un poco largas, 'tres horas es demasiado tiempo caminando, además era cuesta arriba'. No es la primera vez que viene. Dice que, aunque, a veces es cansado, merece la pena porque se hacen buenos amigos, y practican muchos deportes nuevos. A esta chica, de 14 años, lo que más le gusta, y en general a todos en el campamento, son las actividades de agua.

El lunes se iniciaban en el kayac de mar. En el camping les proporcionan todo el material. Desde las canoas y los chalecos salvavidas hasta los trajes de neopreno, ya que el tiempo no acompaña para remar únicamente vestido con el bañador. El recorrido, que consistía en ir hasta la isla de Txatxarramendi y volver otra vez a Laida, no era muy largo, menos de una hora. 'Debéis coger el remo con ambas manos, y sincronizaros con vuestro compañero. Y, sobre todo, no quiero veros barrer el agua', explica uno de los monitores con un gesto muy explícito, en el que indica que los chicos deben hundir bien el remo, y no simplemente arrastrarlo por el agua. Los más osados vuelcan las canoas para darse un chapuzón, y más de uno se olvida de recoger los remos. Por la tarde, después de comer un bocadillo, como todos los días, que no a todos les gusta, descenderán en tirolina.

'Estos campamentos pretenden fomentar la convivencia, la vida en la naturaleza, además del uso del euskera fuera del ámbito escolar', explica Ana Madariaga, diputada foral de Cultura. Y es que éste es uno de los campamentos en régimen bilingüe.

Los chicos y chicas que están en Laida , todos de entre 14 y 15 años, duermen en tiendas de campaña. Limpiar sus casas todos los días es lo que más les molesta, además de echar de menos la televisión. 'A veces espiamos los televisores de los otros campistas, y así supimos quién había ganado Gran Hermano', dice otro de los chicos que no quiere dar su nombre, porque añade que no le gusta nada la comida, 'sólo la merienda porque nos dan chocolatinas'. A pesar de ello asegura que repetirá el año que viene, porque 'está bien tener unas vacaciones sin los padres de vez en cuando'.

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