La crisis del turismo
Vuelve a debatirse sobre la caída del turismo en el conjunto del Estado español. Sin duda hay muchas lecturas. Yo voy a dar la mía.
Siempre he viajado bastante, pero hace cuatro años decidí pasar los días de verano (cada vez menos, por imposición de las condiciones económicas) en mi propio país. En la actualidad veraneo en Francia. Gran sacrilegio de cara a mis conciudadanos. ¿Por qué cometo este desafuero?
Fácil. Encuentro un país con los mismos precios que el mío o más baratos (fundamentalmente uso cámping), unos entornos de calidad, pueblos y ciudades cuidados, limpios, habitantes que te saludan al entrar en sus comercios, que te dan los buenos días o buenas tardes en el cámping, que te desean 'bon appétit' y que te preguntan con verdadero interés si tu alojamiento ha gozado de suficiente tranquilidad para descansar y de calidad en la atención.
Podría entrar en comparaciones con España, pero creo que no merece la pena. Mi decisión me satisface más cada año. ¿Se necesitan más razones que las expuestas?
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