La elección 'a dedo' del sucesor de Moi desata una lucha por el poder en Kenia

Daniel arap Moi, 78 años y casi un cuarto de siglo al frente de Kenia, ha destituido a su vicepresidente de los últimos 13 años, George Saitoti, por criticar el futuro nombramiento de Uhuru Kenyatta -hijo del padre de la nación, Jomo-, como candidato de la gobernante Unión de la Nación Africana de Kenia (Kanu). Saitoti, como otros destacados políticos de la Kanu, exige primarias antes de las elecciones previstas en diciembre. Moi, que no puede presentarse a la reelección por mandato constitucional, ha negociado hasta el último detalle las condiciones de su jubilación.

Kenia, uno de los paraísos africanos preferidos de los turistas, vive tiempos convulsos. La inminente retirada de Moi y su empeño por imponer un sucesor a su partido, que gobierna desde la independencia del Reino Unido en 1963, ha quebrado el equilibrio interno de esa fuerza hegemónica y amenaza con transformar las elecciones presidenciales de este año en una peligrosa pugna por el poder.

Moi quiere al hijo de Jomo Kenyatta, Uhuru, de 42 años, diputado y recién nombrado ministro, como sucesor. Aunque su control del partido es total y no se esperan sorpresas, cada vez son más los altos cargos de la Kanu que exigen primarias. El último en sumarse al debate ha sido George Saitoti, vicepresidente y hombre de confianza de Moi. Su destitución fulminante es, sobre todo, un mensaje a los críticos reunidos en la corriente Kanu Arco Iris: 'Todos deben alinearse con las directrices o dimitir', dijo el presidente.

Bajo la aparente estabilidad política del país, envidiable si se compara con sus vecinos, se esconden la pobreza extrema y fuertes tensiones étnicas, a menudo azuzadas por Moi para mantenerse en el poder.

Además de Uhuru Kenyatta, miembro de la poderosa tribu Kikuyu, otros dos hijos de ilustres políticos kenianos aspiran a la designación. Raila Odinga, de 57 años, hijo del primer vicepresidente del país, crítico de Moi y gran beneficiado de la inesperada fusión de la Kanu con otro partido opositor. En su contra juegan dos factores, pertenecer a la tribu Luo, tercera en importancia, y no contar con el favor de la vieja guardia de la Kanu. El segundo es Musalia Mudavadi, hijo de Moses, uno de los ministros más populares de Moi y favorito de Occidente. Carece de posibilidades al ser de la tribu Luhya, la segunda de Kenia. A estos dos se suma ahora el destituido vicepresidente. En la oposición, seis partidos tratan de negociar un candidato único, su única posibilidad teórica.

Moi, que maniobró para modificar la Constitución y evitar su retiro, ha pactado las condiciones del adiós: 80% del sueldo, vivienda oficial, flota de automóviles, protección armada y un futuro funeral de Estado. El precio de esas condiciones en el primer mes después de su jubilación será de 900.000 euros. Lo que no se airea es la letra pequeña de esas condiciones: inmunidad judicial. Y el hijo de Jomo Kenyatta es su mejor garantía.