El Gobierno argentino se declara 'harto' de las exigencias del FMI
El organismo sólo acepta ahora firmar 'un acuerdo de transición'
Las relaciones entre el Gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional (FMI) atraviesan nuevamente un pico de tensión. Los funcionarios de ambas partes parecen haber llegado ya a su punto límite de tolerancia y están protagonizando una escalada de reclamaciones y reproches. Esta situación pone en peligro el 'mínimo acuerdo' comprometido para que Argentina pueda retrasar vencimientos de la deuda por unos 14.000 millones de dólares con los organismos multilaterales hasta fines de 2003.
El ministro del Interior, Jorge Matzkin, admitió ayer, por primera vez en público, el 'hartazgo' que siente el presidente Eduardo Duhalde y la mayor parte del Ejecutivo argentino. Según Matzkin, 'hay acciones y opiniones por parte de los miembros del Fondo Monetario Internacional que llenan de hartazgo hasta a los más pacientes inclusive. Pero con el Fondo o sin el Fondo, el país saldrá adelante'. El ministro se quejó además de 'la falta de solidaridad internacional' con Argentina.
Por su parte, Anne Krueger, subdirectora gerente del Fondo Monetario, había dicho el martes en Washington que 'en Argentina no existe todavía un conjunto de políticas económicas que puedan ir adelante (...); tiene un número de dificultades: el corralito lleva enormes problemas económicos sobre cómo abrirlo y, aun así, mantener una política monetaria que ofrezca esperanza de una razonable estabilidad de precios. Ha habido cuestiones con las provincias y dudas sobre cómo el Gobierno federal cuestiona el gasto'.
Los funcionarios del Fondo Monetario, dirigido por Horst Köhler, insisten en que no habrá acuerdo mientras el Ejecutivo argentino no logre las sentencias del Supremo que sellen definitivamente la salida de fondos del sistema financiero por los recursos de amparo que conceden los jueces de primera instancia y confirmen las decisiones tomadas por razones de emergencia. Pretenden además que se impida la emisión de títulos de deuda a los gobiernos provinciales y se retomen las negociaciones con los acreedores.
Argentina lleva ya nueve meses en suspensión de pagos. Anne Krueger dijo que el FMI está dispuesto a lograr un 'programa de transición' que sea asumido en mayo por el nuevo Gobierno que saldrá de las próximas elecciones, pero advirtió sobre las 'penalidades económicas' que podría sufrir el país si tampoco paga a los organismos multilaterales utilizando sus reservas. A mediados de octubre vence una cuota improrrogable de 800 millones de dólares que Argentina debe saldar con el Banco Mundial.
La extrema debilidad política del presidente quedó en evidencia nuevamente ayer, cuando los diputados peronistas no lograron conseguir tampoco en la sesión de ayer del Congreso el quórum necesario para debatir sobre la continuidad del juicio político a la Corte Suprema, un trámite que el Ejecutivo quiere dar ahora por terminado para evitar las sentencias que podrían declarar inconstitucionales todos los decretos dictados desde el pasado diciembre.
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