El Gobierno catalán rectifica y pide que el AVE llegue al aeropuerto sin bucle

Felip Puig tragó ayer mucha quina en el Ministerio de Fomento. Acudió con unos planos en los que rectificaba una propuesta del propio Gobierno catalán, avalada con la firma del presidente Jordi Pujol, que preveía llevar el AVE al aeropuerto de El Prat por un ramal secundario. Ayer presentó la propuesta que en febrero del año pasado defendía todo el mundo menos Pujol: que la vía principal del AVE pase por el aeropuerto. El secretario de Estado de Infraestructuras, Benigno Blanco, cogió los planos, dijo que los estudiaría y añadió que, de momento, lo que vale es lo firmado. 'El convenio es inamovible', dijo.

Jordi Pujol firmó en febrero de 2001 un pacto por el que se comprometía a pagar el coste de construir una vía secundaria del AVE que saliera de la población de El Prat y entrara en el aeropuerto para llegar hasta la nueva terminal. En aquel momento aseguró que el precio de esta obra era de unos 3.000 millones de pesetas (18 millones de euros) y que se trataba de un gasto justificado. Abandonados a su suerte, los alcaldes, que siempre habían defendido una única vía con parada en el aeropuerto, pactaron un nuevo trazado que salvara el parque agrícola, mejorara L'Hospitalet y no destrozara otras ciudades.

Los estudios del Gobierno catalán mostraron pronto que el coste estimado para el desvío del ramal era mucho más alto de lo que Pujol dijo tras firmar el pacto con el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos. El subsuelo aeroportuario es un acuífero e impermeabilizar la obra supone una inversión altísima. Los penúltimos presupuestos hablaban de 180 millones de euros; los últimos sugerían que se podía duplicar esta cifra. El Gobierno catalán buscó argumentos para dar marcha atrás y ayer, al fin, rectificó.

El consejero de Política Territorial, Felip Puig, que acudió al ministerio acompañado de representantes municipales del Baix Llobregat, explicó varias veces las 'ventajas' de la nueva propuesta, que en realidad es la misma que han defendido siempre los alcaldes. La mayor ventaja es que convierte al aeropuerto en una infraestructura central de una amplia región que va de Zaragoza a Montpellier. Otra es que al Gobierno catalán no le cuesta dinero ya que como sólo se construiría una vía, correría a cargo del GIF (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias). Pero Benigno Blanco se mostró ayer inflexible: él tiene dos convenios firmados, el de Pujol y el de los alcaldes.

La propuesta de Puig supone denunciar los dos convenios y empezar de cero el proyecto en todo el Baix Llobregat, además de cambios en los trazados de Cercanías y regionales. De ello se deriva una situación embarazosa: a quien denuncie el convenio se le podrán achacar los posibles retrasos en la llegada del AVE.

Puig insistió en la defensa de la nueva propuesta. Recordó que anteayer el ministro Álvarez Cascos se mostró dispuesto a renegociar el trazado. La respuesta de Blanco fue muy clara: 'El convenio es inamovible mientras la superioridad no diga lo contrario'.

En representación municipal acudieron el presidente del Consejo Comarcal del Baix Llobregat, José Luis Morlanes; los alcaldes de L'Hospitalet, Celestino Corbacho, y El Prat, Lluís Tejedor, y el concejal Miquel Àngel Llançà, de Sant Boi.