El Parque Tecnológico de Andalucía cumple 10 años de crecimiento acelerado
Cada tres años, el PTA duplica el número de empresas, empleados y las cifras de facturación
Diez años después de su inauguración por los Reyes de España, el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) tiene un modelo de desarrollo industrial consolidado: cada tres años, de manera constante, duplica el número de empresas, los trabajadores y su facturación. El Parque alberga ya 250 compañías que producen unos 500 millones de euros al año. De sus 4.000 trabajadores, casi 700 se dedican a la investigación y desarrollo (I+D), con un presupuesto de 36 millones.
El 9 de diciembre de 1992 fue un día frío y ventoso en Málaga. Soplaba un terral invernal y, sin embargo, el acto de inauguración del PTA supuso un soplo de aire cálido para la sociedad malagueña, recelosa de cualquier apoyo que se anunciara para el Parque Tecnológico de La Cartuja de Sevilla, que debía aprovechar las inversiones de la Expo 92.
En octubre, unos 5.000 malagueños habían acudido a una manifestación de protesta por unas exenciones fiscales decididas por el Gobierno para Cartuja93. "Creíamos que se iba a descargar todo el esfuerzo en Sevilla y que éste iba a ser un parque de segunda mano", afirma José Pérez Palmis, presidente del Consejo Social de la Universidad cuando a finales de los años ochenta se puso en marcha el proyecto del PTA.
La Junta de Andalucía encargó en 1985 un informe a una consultora internacional sobre la dimensión y ubicación idónea para un parque tecnológico. José Rodríguez de la Borbolla, presidente de la Junta de Andalucía entre 1984 y 1990, afirma que siempre tuvo claro que ese parque debía estar en Málaga: "Era una zona que ya tenía tres grandes empresas dedicadas a las nuevas tecnologías -Fujitsu, Alcatel y Siemens- y un porcentaje de ingenieros de telecomunicaciones mayor que en otros lugares".
El ex presidente andaluz insistía entonces en que Andalucía podía convertirse en la California de Europa. "Los americanos empezaron a llevarse las nuevas empresas tecnológicas hacia el sur, a las zonas con sol, lo que llaman sunbelt. California, Tejas o Florida es aquí nuestro arco mediterráneo, que llega hasta Huelva, en el que se da desarrollo industrial avanzado, industrias agroalimentarias y una sociedad de servicios que no sólo ofrece ocio y turismo".
El consejero de Ordenación del Territorio en los años 80 y segundo presidente del PTA, Jaime Montaner, fecha el pistoletazo de salida de los parques tecnológicos: "Cuando superamos el debate de la Reforma Agraria la apuesta institucional fue por una industria moderna, que pusiera en valor los recursos humanos".
Esta fe de los gobernantes regionales en las posibilidades de la Costa del Sol no era percibida desde Málaga. "El informe encargado por la Junta concluyó en 1986 que la costa era el lugar idóneo, pero sugería su ubicación en Alhaurín de la Torre", apunta el director del PTA Felipe Romera. El entonces alcalde de Málaga, Pedro Aparicio (PSOE), confiesa que escribió "una carta tremenda, de tres folios, al presidente Rodríguez de la Borbolla, con una lista de agravios, por la que después le he pedido disculpas muchas veces". Un café ("de cuatro horas", dice Aparicio), en Sevilla, en la presidencia de la Junta deshizo los malos entendidos.
En 1988, otro café, con Pérez Palmis y el ingeniero de Telecomunicaciones Felipe Romera, entonces jefe de I+D de Fujitsu en Málaga y secretario del Consejo Social de la Universidad, llevó a Aparicio a la conclusión de que "Romera era el director ideal". En noviembre de ese año el alcalde, que ya tenía el lugar decidido en la barriada de Campanillas, firmó un convenio con la Junta que daría lugar a la sociedad fundadora. La Empresa Pública del Suelo de Andalucía empezó en 1989 la urbanización, que inicialmente tuvo 168 hectáreas y a partir de 2000, 186. El Ayuntamiento pasó a tener el 40% de la sociedad. Diez años después, la inversión total ha sido de unos 400 millones, de los que unos 90 han sido de iniciativa pública y el resto, privada. El actual alcalde, Francisco de la Torre (PP) opina que las cosas "se han hecho bien" y se dispone a hacer los cambios necesarios en el PGOU, para incorporar 90 nuevas hectáreas al PTA.
La joya de la corona
"Recibí críticas muy duras de todas partes, de la oposición, a derecha e izquierda y de la prensa local, me dijeron que era una gran estafa a los malagueños, que era un camelo para ganar las elecciones, y ahora el PTA es la joya de la corona", afirma Pedro Aparicio, alcalde de Málaga desde 1979 a 1995, que protagonizó en nombre de la ciudad la puesta en marcha del Parque Tecnológico. Aparicio confiesa que todavía hoy el recuerdo de estos episodios le sigue generando "sentimientos negativos" y, de hecho, será el gran ausente en la fiesta que el próximo viernes por la noche conmemorará el décimo aniversario del parque.El actual eurodiputado socialista esgrime, sin embargo, una excusa de categoría: Tiene desde hace tiempo entradas para ver La Bohème en el Teatro de La Monnaie, de Bruselas. En un discurso pronunciado en septiembre de 1991, en unas jornadas de difusión tecnológica, el alcalde decía: "Que el Parque Tecnológico impregne o no a la sociedad que le rodea es la clave para que dentro de 10 años valoremos si hemos tenido éxito o no". Con una inversión pública de 90 millones de euros, el PTA ha generado una producción en estos 10 años de más de 2.100 millones. En la actualidad tiene 250 empresas, con 4.000 trabajadores, la mitad de los cuales son titulados universitarios. Su facturación anual es de unos 500 millones de euros. En el PTA, además, está la sede de la Asociación Internacional de Parques Tecnológicos, que Málaga ganó en Pekín a París y Amsterdam en 1995.
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