Mensajes contra los malos humos
Un médico usa el móvil para reforzar la motivación de sus pacientes y que dejen de fumar
Cinco de la tarde en la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer de Málaga. Una docena de ex fumadores recién estrenados asiste a una terapia antitabaco. Llevan 10 días sin tocar un cigarrillo y el síndrome de abstinencia se deja sentir. Unos aseguran que lo sobrellevan mejor de lo que esperaban, pero otros confiesan que lo están pasando mal. "Tengo un mono horroroso", reconoce Pablo. Los demás estallan en risas. Después añade que la noche anterior soñó que fumaba y que le sobrevino una culpa tremenda al pensar que tendría que enfrentarse al grupo y admitir que había roto su compromiso. Las carcajadas son más sonoras.
Se ríen, aunque es muy serio lo que están haciendo: dejar de fumar. Salvador Oña, el médico responsable de la terapia, les recuerda que el tabaquismo es una enfermedad adictiva con componentes biológicos, psicológicos y sociales. Y para hacerles sentir fuertes les recuerda una encuesta de la CNN, según la cual la mayoría de los estadounidenses prefiere prescindir de las relaciones sexuales a abandonar el tabaco.
Después de varios años de trabajo en la unidad de tratamiento del tabaquismo de la asociación, Oña ha encontrado ahora un nuevo aliado para tratar que sus pacientes no tengan recaídas: el teléfono móvil. Por primera vez, ha echado mano de los mensajes de textos con el objetivo de reforzar su motivación. Se los envía entre reunión y reunión, por si tienen la tentación de llevarse un cigarrillo a la boca. Belén, que intenta dejarlo por tercera vez, confiesa que el mensaje le llegó en plena crisis. "Y me ayudó mucho", admite. A su lado está Genoveva, que también ensalza la idea de Oña: "Sabes que hay un apoyo detrás y eso te alienta a perseverar en tu decisión".
Los participantes en el programa también pueden emplear los mensajes para hacer consultas al médico. "Es un uso que no había pensado, pero que ha surgido espontáneamente", confiesa Oña. A continuación enseña un texto enviado por un paciente: "Llevo un día difícil ¿Qué puedo hacer?", le pregunta. Si Oña intuye que puede haber una recaída le llama directamente. Además, cada ex fumador tiene los móviles del resto, de manera que el grupo actúa como refuerzo de la motivación. El sueño de Pablo es un ejemplo.
Todos los pacientes superan los 30 años. La media empezó a fumar con apenas 14 y casi todos tienen a sus espaldas varios intentos de abandonar el tabaco. Algunos lo hicieron "a pelo". Pero ahora han pedido ayuda a un profesional para tener éxito.
No van por mal camino. Al final de la charla, toca soplar por un aparatito que detecta el monóxido de carbono en sangre. Pablo se somete a la prueba. Frente a las 35 partes por millón que tenía cuando llegó, ahora tiene una. El médico le devuelve entonces la mitad de los 40 euros que depositó el día que dejó de fumar como aval de su compromiso.
Sin apoyo hay más recaídas
Las cifras reflejan que dejar el tabaco sin apoyo profesional es muy difícil. Cuando la decisión se hace a pelo, el porcentaje de éxito transcurrido un año es apenas del 5%. El 75%, incluso, no llega al tercer día. Los datos de la Asociación Española contra el Cáncer, donde la deshabituación tabáquica se hace con apoyo psicológico y tratamiento farmacológico, los indicadores de éxito son muy superiores. El 50% de los que inician el programa supera el año sin fumar.
Según Salvador Oña, los momentos más críticos se producen a partir del tercer mes. Por ello, el programa refuerza su apoyo en las semanas previas a que se cumplan los 90 días. El médico -ex fumador desde hace cinco años- admite que no es fácil abandonar el tabaco porque "hay que renunciar a algo que nos gusta, pero que nos está matando". Pero recuerda que el tabaquismo está asociado a 25 enfermedades cardiovasculares y pulmonares y que es la causa del 30% de los cánceres. El problema es que "lo que se gana en salud por dejar de fumar es poco visible" para los pacientes. "Es como un iceberg, del que sólo vemos una pequeña parte", ejemplifica. El facultativo recuerda que aparte de mejorar su olfato, su sentido del gusto y de que se disminuya su nivel de estrés, se produce una mejora generalizada de la salud porque el ex fumador deja de absorber monóxido de carbono que le roba oxígeno.
La unidad del tratamiento del tabaquismo de la Asociación Española contra el Cáncer combina el apoyo psicológico con el tratamiento farmacológico de pastillas y parches que ayudan a combatir el síndrome de abstinencia.
Al principio las reuniones son semanales, pero la frecuencia se va espaciando. "Para un mayor nivel de éxito es necesario un fuerte vínculo terapéutico entre médico y paciente. Algo a lo que contribuyen los mensajes que envío a través del móvil o del correo electrónico", explica Oña. Los textos son personalizados y siempre alientan a a seguir en la brecha. En algunos casos sugieren tácticas para superar las crisis, como "llenar el tiempo de ocio con actividades relajantes".
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