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CATÁSTROFE ECOLÓGICA | Malestar por la gestión de la crisis

Mariscadoras en huelga de hambre

En la Cofradía de San Martiño, de O Grove, el ambiente estuvo ayer cargado de un aire hospitalario y palabras a media voz. A la huelga de hambre del patrón, Francisco Iglesias, se sumaron dos mujeres, María del Carmen Oubiña Rabío y Carmen Fontoira Bea, y un mariscador, Román Millán Otero. "Por nuestra dignidad y por hacerle más patente a nuestro patrón que no está solo", explicaron.

Los cuatro se aislaron en una habitación, mientras el ruido y la agitación se desplazaban al ayuntamiento, donde a su vez se encerraron representantes de más de 30 asociaciones locales. "De ninguna manera vamos a tener Navidad, así que nos estamos planteando una huelga general en el pueblo", confiaba un portavoz, Fernando Besada.

La incorporación de las dos mujeres añadió a la huelga de hambre una callada firmeza. Las dos son mariscadoras, de 55 años y 45 años, casadas con mariscadores y madres de mariscadores. No querían hacer de su causa un espectáculo. A la habitación sólo dejaban pasar a los familiares, a algún correo con noticias frescas y al médico.

"Están haciendo oídos sordos a la huelga del patrón", mandaron decir ellas. "Que sepan que con él está todo el pueblo. Por eso estamos aquí, y no vamos a parar. Para que nos escuchen".

Enrique López Veiga, el consejero de Pesca de la Xunta, llamó ayer por teléfono a Francisco Iglesias, para interesarse por su salud. El subdelegado del Gobierno de Pontevedra, Alejandro Millán Mon, anunció la inminente llegada desde Alaska de máquinas succionadoras y barreras oceánicas. El documento se transmitió a las otras dos cofradías con huelguistas para tomar una decisión conjunta.

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