Días de vino y rosas
En estos días de brindis, alcemos la copa por el buen cine. El actor Emilio Gutiérrez Caba así lo ha hecho en un libro muy peculiar donde emparenta a estrellas cinematográficas con los vinos que a él le gustan. Donna Reed, Buster Keaton, Marlene Dietrich, Ginger Rogers, Charles Chaplin, Katherine Hepburn, Ingrid Bergman, José Sacristán, Carmen Maura, José Isbert, Marisa Paredes, Emma Suárez o Victoria Abril son analizados con la personalísima visión de un enólogo. Sea o no pintoresco, lo cierto es que el libro te da ganas de beber.
Brindemos, pues, por el cine, como en el propio cine se hace, es decir, con excesos. Tenemos ahora en pantalla, entre otras muestras, las lentas borracheras de los parados de Los lunes al sol, las de los obreros fumadores de Lundi matin, la constante ingesta de ouzo en Mi gran boda griega, la melopea del niño de Kamchatka..., y en la calle, la apertura de nuevos bares regentados por actores, como en Madrid el novísimo de Antonio Resines, sin olvidar la publicidad alcohólica de Pilar López de Ayala... Homenajes del cine al buen beber.
Nick Nolte no asistió a San Sebastián por su detención al conducir con copas de más
A veces, estos mismos días sin ir más lejos, algunas estrellas se han visto desbordadas por tan embriagadora afición, recordándonos que tras la fama hay simples seres de carne y hueso. La otrora deslumbrante y siempre magnífica actriz Kathleen Turner ha decidido someterse a un tratamiento de desintoxicación, mientras que el duro Nick Nolte, que ya disculpó su ausencia en el último Festival de San Sebastián por haber sido detenido mientras conducía con unas copas de más, ha conocido ahora su sentencia por aquel delito. Si bebes, no conduzcas. Liza Minnelli, por su parte, ha visto cómo se interrumpía el rodaje del programa televisivo sobre su vida, acusada de caprichosa... Hace algunos años no eran tan pusilánimes. El gran Humphrey Bogart, por ejemplo, que en estas navidades hubiera cumplido ciento tres años, no tenía reparos en declarar su desconfianza ante los no bebedores, mientras que él procuraba beber por todos ellos: "Sospecho que tienen miedo a dejar al descubierto su verdad", comentan que decía.
A la hora de estos balances navideños, de encuentros festivos y copas frecuentes, el cine español ha brindado con la tristeza de haber perdido casi ocho millones de espectadores durante el año que acaba. Aunque ya se sabía de antes, ahora han insistido con datos fehacientes, sin mayores explicaciones ni autocríticas: con un simple y frío porcentaje.
Allá por 1955, cuando aún había industria, Juan Antonio Bardem declaró que el cine español era "industrialmente raquítico". Desde entonces, han abundado más las quejas que las batallas, lo que sin embargo no ha impedido que se hayan seguido filmando buenas películas españolas. Esperamos más para el año que viene. Crucemos los dedos. Y brindemos. Ocho millones de brindis por las expectativas despertadas, entre otras, por las nuevas películas de Vicente Aranda, Pedro Olea, Fernando Colomo, Gerardo Herrero, Marc Recha, Eloy de la Iglesia, David Trueba, Salvador García Ruiz, Ángeles González Sinde, Javier Fesser, Gracia Querejeta, Achero Mañas, Julio Medem... No obstante, convendría que las gentes del cine español se reunieran a discutir en serio de su problema, y mejor alrededor de un buen trago.
Tras cada noche de estreno suelen levantarse las copas en fiestas, de esas que ya no se celebrarán más en los famosos restaurantes Planet Hollywood, el avispado negocio de Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone y Demi Moore. Están subastando su colección de reliquias cinematográficas para paliar las pérdidas económicas. Estos chicos tan sanotes han fracasado... Tal vez deberían haber tomado juntos alguna copa y discutir a su alrededor sobre lo que les estaba pasando en su negocio.
Y es que "el negocio del espectáculo obedece a unas reglas precisas e inmutables que nadie conoce", como Fernando Fernán-Gómez le cuenta con gracia a Enrique Brasó en la exhaustiva y magnífica entrevista que acaban de publicar en un libro estupendo. ¡Salud!
Babelia
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