El último y más inesperado maltrato
Dos almerienses están a punto de perder todo lo que tienen para pagar las deudas contraídas por sus ex maridos
Dos mujeres almerienses aseguran haber vivido un verdadero infierno a manos de sus maridos. Pero ahora, muchos años después, cuando los maltratos y las vejaciones que dicen haber sufrido parecían haber dejado paso a otra vida, estos han regresado de una manera inesperada. Francisca Vique está a punto de perderlo todo para hacer frente a la indemnización por un asesinato cometido por su marido cuando ya estaba en marcha su separación. Por su lado, Francisca Reverte vive amenazada por un desahucio inminente como consecuencia de los impagos de un crédito bancario que el que fuera su esposo pidió 17 años atrás.
La subasta de la casa de Francisca Vique y de las tierras que posee en la localidad almeriense de Laujar de Andarax, prevista para hoy, ha quedado por el momento paralizada después de que esta mujer y uno de sus hijos explicaran ayer al presidente de la Audiencia de Almería la situación en la que se han visto involucrados tras el asesinato cometido por el ex marido de Vique hace casi seis años.
En la noche del 13 de mayo de 1997 Miguel Morales discutió en un bar de Laujar de Andarax con un conocido suyo al que mató a puñaladas. Dos meses antes, Francisca había decidido divorciarse de su marido debido a los malos tratos que recibía de él y que también afectaban a los hijos. El matrimonio inició los trámites de separación de mutuo acuerdo. El día previsto para la firma del convenio de separación de bienes por el divorcio era el 14 de mayo. Pero el asesinato que su marido cometió la víspera paralizó la firma de ese convenio.
Después, este hombre, que cumple una condena de 15 años en la prisión almeriense de El Acebuche, se negó durante dos años a firmar el convenio que debía establecer el reparto de los bienes conyugales. Él se quedó con una casa de 200 metros cuadrados con dos almacenes, así como con dos fincas de 3 y 1,5 hectáreas respectivamente. A Vique le quedaron tras el reparto algunas tierras y una casa de 73 metros cuadrados en ruinas que sus hijos se encargaron de levantar con su propio trabajo.
La sentencia condenatoria de Morales establecía que, además de los 15 años de prisión, debía indemnizar a los familiares de la víctima con 180.000 euros. La sorpresa para Vique y sus seis hijos llegó a finales de noviembre, cuando se enteraron, casi por casualidad, de que sus bienes estaban embargados para hacer frente a esa indemnización y que saldrían a subasta el 14 de enero.
"Resulta que que mi madre estaba legalmente separada desde 1999, pero los bienes seguían siendo comunes", explica Miguel, uno de los hijos de la pareja. La defensa de Vique, dice que las propiedades del ex marido de ésta suman un valor de unos 366.000 euros.
El otro caso es el de Francisca Reverte, vecina de Almería de 43 años, que deberá abandonar el próximo viernes el piso que se compró hace dos años debido a una deuda bancaria contraída por el que fuera su marido. Éste solicitó hace 17 años un crédito en régimen de bienes gananciales por valor de 1.800 euros. El impago, según Reverte, de una letra de no más de 240 euros ha derivado ahora a 6.000. El hombre del que se separó hace ya diez años se encuentra en paradero desconocido.
Reverte vive únicamente de una pensión de la Junta de Andalucía de 252 euros, que invierte casi exclusivamente, en pagar el préstamo de 30.000 euros con el que pudo comprarse su piso hace ahora dos años.
Esta mujer asegura que su marido le pegaba desde el día posterior a la boda. Que, además, violó a su hija y que pasó tres años en la cárcel, tras lo cual abusó de ella y llegó a intentarlo con otra de sus hijas.
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