Demandado un laboratorio por la muerte de 14.000 ovejas vacunadas
Los ganaderos representados en la Asociación de Damnificados Vacuna Basquilla 2002 han presentado una querella criminal ante la Audiencia Nacional en la que solicitan la imputación de Fernando Riaza, director general de los laboratorios Schering Plough, y de Enrique Calvo, director técnico del laboratorio, por un delito contra la salud pública y otro de daños. Los afectados consideran que las vacunas comercializadas por ese laboratorio contra la enteroxemia o basquilla, una enfermedad que afecta al ganado lanar, estaban contaminadas y han causado la muerte, por el momento, a unas 14.000 de las 40.000 ovejas vacunadas. El resto tiene graves daños y ha perdido productividad, siempre según los demandantes.
Los ganaderos afectados pertenecen a las comunidades autónomas de Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Murcia. Las vacunaciones, destinadas a prevenir la basquilla, se realizaron entre julio y octubre de 2002. Según la asociación, los laboratorios tuvieron conocimiento desde el primer momento de las muertes de los animales, que se produjeron normalmente a los 10 días de haber sido vacunadas.
Los demandantes aseguran que representantes de Schering Plough ya se personaron el 5 de agosto en una explotación ganadera para comprobar in situ los daños causados. Sin embargo, no informaron inmediatamente a la Agencia Española del Medicamento de las reacciones adversas producidas por los fármacos suministrados (llamados Polibascol 9 y Multibascol 8). Por ello, la autoridad administrativa no pudo acordar la inmovilización cautelar de determinados lotes hasta el pasado 28 de octubre, y la de la totalidad de ellos hasta el 11 de noviembre de 2002, cuando todo el ganado había sido vacunado, al reconocer que los medicamentos se encontraban deteriorados por contaminación de la bacteria clostridium.
Pérdidas económicas
A consecuencia de estas infecciones, el ganado vacunado que no ha muerto ha dejado de ser productivo, con las consiguientes pérdidas económicas y daños producidos a los ganaderos, que se han visto privados de su fuente principal de ingresos. A su vez, los animales enfermos que aún no han muerto han sido sometidos a un fortísimo y costoso tratamiento de choque, cuyos resultados han anulado su productividad.
En Aragón fueron vacunadas 19.000 ovejas, y en Castilla-La Mancha unas 13.000. Los ganaderos calculan que la vacuna ha causado la muerte de 2.000 animales en cada una de estas comunidades. La vacuna contra la enterotoxemia previene frente a los clostridios, las principales bacterias que causan esa enfermedad. La Asociación Damnificados Vacuna Basquilla 2002 se constituyó en noviembre pasado con el objetivo de promover gestiones para recuperar los rebaños mermados por la basquilla.
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