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Reportaje:

Hartos de tanta basura

La protesta vecinal de Macastre aleja a los camiones de basura sin resolver un conflicto que ya dura cuatro años

Ni el intenso frío, ni el gélido viento han conseguido que los vecinos de Macastre abandonen su travesía principal impidiendo el paso de camiones de basura hacia el vertedero de Dos Aguas en estos últimos días. En 1999 ya comenzaron las movilizaciones contra este paso de camiones, pero desde el pasado miércoles la tensión se ha disparado y el pueblo se ha echado a la calle.

La protesta siempre ha sido la misma; el paso de camiones por el caso urbano de Macastre no está permitido, según la Declaración de Interés Comunitario que aprobó el vertedero, pero no se ha cumplido. En estos años se han emitido decretos de alcaldía que exigen que los vehículos pesados lleven la carga herméticamente cerrada y circulen a 20 kilómetros por hora, pero tampoco se han cumplido. Y se ha aprobado una ordenanza de contaminación acústica, ante el ruido que provocan, y otra que limita el paso a 11 camiones de más de 15 toneladas durante el día, decretos que también ha aprobado el Ayuntamiento de Buñol, afectado por el mismo problema.

Entre tanto decreto y protesta, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ha dado la razón a los dos ayuntamientos en cuanto a que la carga de los camiones debe estar herméticamente cerrada, y su incumplimiento ha desatado la última reacción popular.

Ayer por la tarde, después que un juzgado de Requena ordenase el desalojo de la carretera tanto por parte de los vecinos como de los 15 camiones cargados de basura que permanecían en fila en uno de los carriles, los vehículos se alejaron de Macastre. Salvo tres, que permanecían anoche en el lugar a la espera de que la empresa cerrara la carga herméticamente para luego ser escoltados por la Guardia Civil a través de Macastre.

El martes, el TSJ determinará qué significa llevar la carga "herméticamente cerrada", pero en cualquier caso, "hay que negociar" una salida al conflicto "para solucionarlo definitivamente", reconoce el alcalde, José Vicente Sáez. Aún así, el Ayuntamiento denunciará la actitud de la empresa y los conductores.

Los vecinos han vigilado constantemente que estos camiones no pasaran, manteniendo el pulso con la empresa, que tampoco los retiraba. Durante dos días 15 camiones han permanecido atascados en la entrada de Macastre. Afortunadamente, el frío ha impedido que el desagradable olor de la basura se tornara insoportable. El jueves, durante unas horas, los camiones decidieron bloquear ambos sentidos de la circulación en respuesta a la protesta vecinal, pero no lograron pasar.

El pueblo fue y es uno. "La situación se ha vivido muy mal, estamos desesperados, no nos hacen caso y nos están tomando el pelo. Ya no tenemos más paciencia", comentaba ayer Josefina Bonillo, que desde el miércoles ha integrado el cerco a los camiones. Las amas de casa sólo han dejado brevemente la concentración para preparar la comida y dormir un poco. "He vivido estos días con desespero, no atinas ni a vivir ni a comer, y sólo pensábamos en estar con toda esta gente y apoyarla", decía ayer Ana Higón. Los trabajadores, fuera del horario laboral, han sacrificado horas de sueño junto a jubilados y jóvenes. José Romero es uno de ellos: "Los camiones no obedecen al juez, han perdido el juicio y no hacen caso".

Más de 48 horas de concentración también han hecho surgir la solidaridad, ya que los comercios y los propios vecinos han aportado gratuitamente parte del avituallamiento. El panadero Eduardo Miralles comentó: "No cobramos ninguno porque todo es para lo mismo", además considera que si no vuelven los camiones "será un éxito para nosotros".

Como manifiesta José Montó, "el mayor problema es el tráfico continuo, día y noche y los olores. En verano no podemos salir a la calle con los vecinos. Además, el ruido tan fuerte que producen no nos deja dormir por la noche". También afectan a los comercios locales: "¿Quién va a venir a veranear a un pueblo por el que pasan 200 camiones de basura todos los días?, pregunta Vicente Romero, que tiene una peluquería. Esta última protesta parece llegar a su fin, pero Macastre volverá a tomar la carretera si no se encuentra una salida al problema.

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