Una tercera opción entre la guerra y el apaciguamiento
El autor propone que, para evitar la guerra, el Consejo de Seguridad ordene un despliegue de inspectores en Irak en todos los ámbitos bajo la amenaza de la fuerza.
No creo que "liliputear" a alguien sea un término que aparezca en ningún diccionario, pero su significado está bastante claro. Deriva de uno de los más famosos relatos de aventuras de todos los tiempos. Cuando el desdichado Gulliver, protagonista del relato de Jonathan Swift, es arrastrado a la costa de la misteriosa isla de Liliput, descubre al despertar que tiene las piernas, los brazos e incluso el pelo sujeto con cuerdas, de tal forma que es incapaz de levantarse. Todo lo que puede hacer es mirar impotente hacia arriba, sin ver nada más que el cielo.
La semana pasada pensé en el destino de Gulliver porque en varios acontecimientos -después de la misa dominical, en un aniversario de boda- diversos estadounidenses me plantearon una y otra vez la misma pregunta: ¿se puede hacer algo para evitar la guerra? Ninguno de ellos sostiene que el régimen de Sadam no sea malo, ni afirma que se le pueda ignorar. Todos son profundamente patriotas. Pero también les preocupan las señales de que este país está a punto de embarcarse en una cruzada que puede traer consecuencias inesperadas, y están deseando encontrar un camino intermedio entre la guerra y el apaciguamiento. Así que les propuse lo que podría denominarse una solución liliputiense. Un término poco elegante, pero adecuado. He aquí el planteamiento:
EE UU está a punto de embarcarse en una cruzada de consecuencias inesperadas
Una operación para establecer la paz tendría el derecho de llevar a cabo acciones militares
Supongan que un grupo de miembros del Consejo de Seguridad propone un nuevo conjunto de resoluciones respecto a la crisis, aproximadamente con el siguiente argumento:
"Se resuelve que:
Considerando la evidencia de que Irak no ha cumplido total y abiertamente con la resolución 1.441 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Consejo resuelve pedir a la Autoridad Internacional para la Energía Atómica que quintuplique inmediatamente el número de equipos de inspección; y que establezca una sede general de inspección nacional en Bagdad y delegaciones de inspección regionales hasta que llegue el momento en que el Consejo las considere innecesarias. El Consejo exige también que el Gobierno de Irak permita que las inspecciones se lleven a cabo sin obstáculos, donde y cuando los equipos del AIEA juzguen oportuno, y reafirma lo establecido en la Resolución 1441 en caso de incumplimiento por parte de Irak.
Considerando los múltiples informes sobre transgresión de los derechos humanos en Irak, el Consejo pide al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y a todos los demás organismos que en opinión del ACNUDH puedan contribuir a esta misión, que establezcan en Bagdad una oficina nacional, junto con un número apropiado de oficinas regionales en el resto de Irak, con el objetivo de investigar e informar de todas y cada una de las transgresiones de los derechos humanos que se han producido o puedan producirse; y que el Gobierno de Irak conceda a los equipos y oficinas que participan en esta misión la misma libertad de movimientos e inspección concedidos a los inspectores de la AIEA.
Considerando los múltiples informes de desnutrición entre las mujeres y los niños de Irak, el Consejo solicita al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo que inmediatamente se coordine con Unicef, con el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, y con los demás organismos correspondientes de Naciones Unidas, para informar a la Asamblea General y establecer una red de oficinas de ayuda para la distribución de alimentos y medicinas en todo Irak, y para posteriormente establecer programas agrícolas y de desarrollo relacionados; anima al PNUD a invitar el Banco Mundial a aportar su experiencia; y también a invitar y supervisar a las organizaciones no gubernamentales, organizaciones benéficas y grupos religiosos que ofrezcan la ayuda de expertos en esta misión, según considere adecuado. Y, además, el Gobierno de Irak deberá conceder a dichos equipos y oficinas la misma libertad de movimientos y funcionamiento que a la AIEA.
Considerando los múltiples informes sobre las peligrosas condiciones medioambientales que se viven en Irak, el Consejo pide al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente que prepare y ponga en marcha inmediatamente en todo el país una inspección de todos y cada uno de los emplazamientos y proyectos peligrosos para el medio ambiente, así como de las áreas gravemente afectadas; y, con el mismo fin, que establezca una oficina nacional en Bagdad y las oficinas regionales que considere necesarias; y, también con ese fin, que invite a y colabore con los organismos internacionales de control ambiental, las asociaciones científicas y las ONG pertinentes que puedan aportar su experiencia a esta misión. Y, además, que el Gobierno de Irak conceda a dichos equipos, oficinas e inspecciones la misma libertad de movimientos y funcionamiento que a la AIEA.
Considerando la importancia de que Irak vuelva al seno de la comunidad internacional y de reparar su economía, el Consejo invita al Fondo Monetario Internacional a establecer un equipo de expertos que investiguen y preparen un informe sobre la situación económica y social de Irak; a que se plantee el pedirle al Banco Mundial, al PNUD y a otros organismos apropiados de Naciones Unidas que le ayuden a realizar la investigación y el informe; y a colaborar estrechamente con los ministerios correspondientes de la Administración iraquí, a quienes por esta resolución se les exige que entreguen todos los datos solicitados, y que concedan a esta misión del FMI la misma libertad de movimientos, inspección y funcionamiento que la concedida a la AIEA.
Cualquier incumplimiento en la concesión de libertad de inspección y movimiento a los miembros de Naciones Unidas y de organismos relacionados que operen en Irak será inmediatamente comunicado por el organismo responsable al secretario general, que se encargará de ponerlo inmediatamente en conocimiento del Consejo de Seguridad con el fin de aplicar las medidas autorizadas por la Resolución 1441.
Finalmente, el Consejo pide al secretario general, en consulta con el presidente de la Asamblea General y con todos los organismos de Naciones Unidas y organismos especializados que aquí se mencionan, que establezcan un presupuesto colectivo y que evalúen las contribuciones de los miembros de acuerdo con las formas del presupuesto regular de Naciones Unidas".
Por supuesto que los propios expertos en redacción y altos diplomáticos de Naciones Unidas encontrarían muchos fallos técnicos en este texto. Pero la idea general merece seria consideración. Yo sería partidario de ir más allá e insertar una cláusula en la que se pidiese a la Oficina del Secretario General que elaborase un plan para preparar elecciones libres y abiertas, pero mientras los diversos partidos iraquíes no soliciten dicha ayuda, eso iría contra el Artículo 2.7 de la Carta y haría que los chinos se sintieran muy incómodos respecto a una intervención excesiva en los asuntos de uno de los países miembros. Aun así, es difícil prever que Pekín pueda vetar resoluciones del Consejo de Seguridad que establezcan el envío del Unicef o del PNUD para ayudar a las mujeres y a los niños de Irak.
En caso de que esto se pusiera en práctica, y rápidamente, el impresentable régimen del Gulliver de Bagdad se vería amarrado por un increíble número de cuerdas y nudos, con personal de organismos de Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales estableciendo sedes en la capital y entrecruzando literalmente el país de delegaciones regionales, centros de inspección y reuniones con funcionarios, educadores, científicos y representantes tribales.
Sería inconcebible imaginar que, bajo tales circunstancias, un Sadam inmovilizado pudiera reanudar cualquier programa oculto para fabricar armas de destrucción masiva. Le sería imposible afirmar que las mujeres y los niños se están muriendo de hambre. Le sería difícil mantener espantosas transgresiones de los derechos humanos contra quienes se oponen al régimen, si los inspectores del ACNUR estuviesen sobre el terreno. Le sería imposible mantener el velo de secreto sobre las finanzas del régimen, si un equipo del FMI pudiera pedirlo y comprobarlo todo (incluidos los flujos de capital para la compra de armas).
Además, ésta no es una operación relámpago. Podría mantenerse durante años si fuese preciso, y con un coste muy inferior al de la campaña militar contra Bagdad. Haciendo esto, la comunidad mundial pondría en evidencia a Sadam de manera total e imaginativa. De hecho, como el propio Gulliver en otra aventura, Sadam se encontraría entre la espada y la pared. Podría ordenar a sus oficiales y a su pueblo que obedeciera plena y abiertamente, y sin excepción, a todos los equipos de Naciones Unidas; algo que sería perfectamente maravilloso, ya que el pueblo iraquí podría por fin hablar y operar sin temor. Al observar las ventajas que tiene el volver a la comunidad internacional, es probable que pronto pidiesen la convocatoria de elecciones libres; y si las hubiese, es dudoso que Sadam obtuviese el 99% de los votos que obtuvo el año pasado. De hecho, si los halcones estadounidenses tienen tanta razón y Sadam es impopular (pero temido), tendríamos ciertamente un "cambio de régimen", pero uno llevado a cabo pacíficamente y no por la 101 División Aerotransportada. ¿Qué podría ser más agradable, excepto para aquellos que verdaderamente desean una guerra?
Sadam podría, naturalmente, rechazar una nueva resolución del Consejo de Seguridad o, como variante de eso, provocar tantas infracciones, que a su vez se comunicarían a Nueva York, como para dejar claro su incumplimiento. En tal caso, una operación para el establecimiento forzoso de la paz, cuya dirección y organización se encargaría a Estados Unidos, tendría el derecho de llevar a cabo las acciones militares que sus comandantes consideraran necesarias; en otras palabras, de llevar a cabo el tipo de operación militar que ahora se está concretando.
Pero habría un mundo de diferencia. Sadam habría perdido todo su apoyo mundial. Neutrales indecisos como Alemania, Arabia Saudí y otros se sentirían aliviados. Francia, Rusia y China se convencerían de haber confirmado la categoría del Consejo de Seguridad. Tony Blair saldría del atolladero en el que se ha metido en su país. Finalmente, creo que los estadounidenses que preguntan "¿qué se puede hacer para hacer frente a Sadam Husein pero sin lanzarnos a una guerra?" dormirían más tranquilos.
¿Es demasiado tarde para adoptar una "solución liliputiense"? Quizá. Pero quizá no. Todo dependerá de que nuestros líderes políticos -y las democracias que les dan el poder- tomen esa decisión. Pero no tienen mucho tiempo.
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