Juan Ramón recuerda a García Lorca y a Granada

Juan Ramón Jiménez, que sólo pasó unos fugaces días en Granada en el año 1924, quedó, sin embargo, herido por la ciudad para siempre. Así lo testimonia el libro que fue esbozando a lo largo de los años, Olvidos de Granada, un volumen que recoge los fragmentos de sus recuerdos ligados con la ciudad y aquellos recuerdos que Granada le hacía evocar sobre su propia infancia. Una reedición de la obra, realizada por Miguel Ángel Vázquez Medel, fue presentada ayer en la ciudad.

Olvidos de Granada, publicado por la colección Los Libros de la Estrella, de la Diputación Provincial, recoge poemas, reflexiones, cartas, anotaciones, recuerdos, en suma, de Juan Ramón Jiménez. La obra gira en torno a un poema central, Generalife, que fue dedicado a Isabel García Lorca, "la hadilla del Generalife", como el propio poeta la llama, y que apenas era una niña cuando acompañó a Juan Ramón Jiménez y a Zenobia Camprubí en su visita a la Alhambra.

El libro del poeta onubense está plagado de anécdotas y, sobre todo, de opiniones respecto a algunos de los personajes más destacados de la Granada de entonces, como un Federico García Lorca que comenzaba a despuntar en la poesía, o Manuel de Falla. De García Lorca, Juan Ramón Jiménez realiza una serie de esbozos que van desde la crítica a su forma de dejarse engañar por los aduladores al comienzo de su carrera, hasta el estupor, la sorpresa y el dolor que le producen la noticia de su asesinato durante la Guerra Civil.

El responsable de la edición de Olvidos de Granada, presente ayer en la presentación del libro, explica en su introducción que la obra no tiene un orden cronológico estricto, sino el "sentido cabalístico" que Juan Ramón quiso imprimir en ella cuando el proyecto se preparaba para una edición en México en 1944.

A Juan Ramón Jiménez, la visita a Granada de 1924 le retrotrajo inmediatamente a los recuerdos y a los jardines de su infancia y su adolescencia, por lo que el libro incluye bastantes notas relacionadas con sus padres o con su primer romance amoroso. La obra incluye, igualmente, cartas a Federico e Isabel García Lorca y a Zenobia Camprubí, algunos de los poemas más intensos de los que salieron de la pluma de Jiménez, como Generalife o Un cerrado Luzbel de agua. La redacción de Olvidos de Granada lleva al lector inmediatamente, por su prosa poética absolutamente cuidada a los mejores pasajes de Platero y yo.