Ilya Topper lleva sus viajes a la poesía en 'Años a la deriva'
Nacido en Almería en 1972, hijo de padres alemanes, Ilya U. Topper se crió entre Oporto, una playa marroquí y Berlín. Incansable viajero, un buen día decidió afincarse en Cádiz, su única patria reconocida. Residió más tarde en Granada y arribó a Madrid, donde vive provisionalmente. Su primer poemario, Años a la deriva, acaba de ver la luz gracias a la concesión del premio José Manuel García Gómez. En él resume su experiencia por cuatro continentes.
"En mis versos, más que mi experiencia viajera, trato de reflejar la llegadera: mi llegada a Cádiz desde un mundo mucho más inverosímil y desacostumbrado, como es mi niñez en Marruecos", comenta Topper. "Es un choque de concepto vital, viniendo de un espacio en el que siempre era extranjero, hacia un contexto en el que quiero integrarme; asimilarme a la cultura occidental urbana, aceptar las reglas del juego, creer que es mejor formar parte de una sociedad absurda, que ser un viajero aislado y sin referencia en el espacio", resume el escritor.
Hablante de ocho idiomas, Topper no tuvo fácil decantarse por uno para ejercitar sus dotes literarias. "Mi idioma materno es el alemán, pero como no vivía en Alemania ni conocía a ningún alemán al que pudiera interesarle lo que escribía, decidí hacerlo en castellano, que era la lengua de la gente que me rodeaba entonces. Adopté el habla de mis potenciales lectores", asegura Topper.
Admirador de Lorca
Por otra parte, sus referencias literarias parecen necesariamente heterogéneas. "Aunque parezca un tópico", señala Topper, "uno de los factores fundamentales por los que yo empecé a escribir en castellano fue la admiración por Federico García Lorca".
"En alemán, admiro a Heine, Lenau, Stefan George... En árabe, supuso un gran descubrimiento para mí la lectura del poeta preislámico Tarafa ibn Abd. En francés, admiro la leyenda de Rimbaud, pero su poesía me resulta inasequible. De un modo más cercano, tengo en la gaditana Mercedes Escolano a mi profesora particular. Y tampoco puedo negar mi deuda con el algecireño Juan José Téllez", agrega el autor.
Una vez integrado en España, Topper sintió la llamada del periodismo. Hizo sus primeras armas en el rotativo Cádiz Información. Con el tiempo, Brasil, Uzbekistán, Líbano, Burkina Faso o Israel han sido algunos de los confines en los que ha ejercido como reportero free lance. "En mi libro hay algún poema en el que se refleja esa pasión por el oficio de contar lo que hay, sin dejarse arrastrar por ideologías, militancias o dependencias emocionales de modelo alguno. Es, como la poesía, la brutal sinceridad con uno mismo", añade Topper.
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