Los europeos se identifican con la innovación y la ruptura en la encuesta sobre su identidad

Europa es un proyecto interesante para un mundo mayoritariamente masculino, urbano, joven, con estudios universitarios y un nivel de vida medio o alto. Eso es al menos lo que puede deducirse de la encuesta efectuada en seis países del Viejo Continente -Alemania, España, Francia, Reino Unido, Italia y Polonia- a partir de una iniciativa de la Fundación Friederich Ebert, Europartenaires y la Fundación Jean Jaurés con los diarios Le Monde, La Stampa y EL PAÍS, así como el canal televisivo franco-alemán Arte. Los resultados coronan a Winston Churchill, Marie Curie y Charles de Gaulle como los tres europeos que mejor representan la identidad continental en el siglo XX, y a Leonardo da Vinci, Cristóbal Colón y Lutero como los que mejor la encarnan los últimos 1.000 años.

En la Unesco se ha presentado con detalle el estudio y el público ha podido participar en el debate. Heinz Duchhardt, director del Institut für Europäische Geschichte, puso ayer de relieve que "abordar un problema a través de personalidades es típicamente francés" y recordó que "Alemania no tiene un panteón donde acoger los restos mortales de sus grandes hombres". En cualquier caso, desde que acabara la II Guerra Mundial, "el sentimiento proeuropeo siempre se ha situado entre un 70% y 75% de opiniones favorables. Las derrotas militares han convertido Europa en la única alternativa". Las dos Alemanias siguen existiendo también en el terreno de los símbolos: en el Oeste, los cancilleres Adenauer y Brandt preceden a De Gaulle, mientras que en el Este Brandt encabeza la clasificación, seguido de Adenauer y de Karl Marx.

El historiador polaco Bogumil Jewsiewicki explicó las preferencias de sus compatriotas "como la evidencia de que ahora somos incapaces de escoger entre lo que significa ser europeos o ser occidentales" y también de "estar cansados de tener como héroes a perdedores".

El profesor Etienne François subrayó que el caso de Polonia, como el de España en cierta medida, era el de países perseguidos por la historia, mientras que otros, como Francia o Reino Unido, pueden sentirse fascinados por la historia. De ahí también una relación distinta con el pasado y su manera de proyectarse en el futuro. Para François, "es significativo que los europeos elijan identificarse con Leonardo, Colón, Lutero o Marie Curie, que son descubridores, gente de ruptura, innovadora, y que los dos políticos plebiscitados [Churchill y De Gaulle] sean resistentes al fascismo".

Puede que el resultado más "europeísta" sea el obtenido por la encuesta complementaria efectuada por Internet por los medios de comunicación. Tanto en Arte como en Le Monde y EL PAÍS, una personalidad como Jacques Delors figura en lugar destacado, y si los españoles coronamos a Felipe González, la cadena de televisión no duda en escoger a Jorge Semprún, español que escribe en francés, pero habla un excelente alemán y que ha vivido los dramas y las aventuras fundadoras de la conciencia europea contemporánea, no en vano es hijo de la Guerra Civil, ha luchado en la Resistencia, sobrevivido al horror de los campos de concentración, combatido en la clandestinidad, comunista convencido durante años, demócrata e incluso ministro luego.

Uno de los padres de la UE, Jean Monnet, es votado por el 6% de los internautas de Le Monde y por un 2% de los de Arte. En él se daban las características que Julien Benda exigía para fundar un imaginario europeo: "Al pragmatismo nacionalista hay que oponerle otro pragmatismo; a sus ídolos, otros ídolos; a sus mitos, otros mitos, y a su mística, otra mística. Hay que crear dioses, que es lo contrario de la ciencia. Necesitamos apóstoles, que es lo contrario de un sabio. Sólo se derrota la pasión nacionalista con otra pasión, que puede ser la pasión de la razón. Y la pasión de la razón sigue siendo una pasión y una cosa distinta que la razón".