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Juan Manuel Albendea | PERFIL

Señoría de tendido

Tereixa Constenla

Hay diputados que acuden al hemiciclo como si fueran a los toros. Señorías capaces de jalear estocadas mortales, como la propuesta que consagra el apoyo del Congreso a la guerra contra Irak, con el mismo júbilo que reservarían para una gran faena de Curro Romero sin reparar en la grosería de su celebración. Hay parlamentarios que sueltan desde sus escaños, a los adversarios políticos que usan la tribuna de oradores, las mismas lindezas que le dedicarían a un toro manso. El jueves, el cantautor José Antonio Labordeta acabó sustituyendo la poesía por los tacos harto de los puyazos verbales de varios representantes del Partido Popular, conocidos ya como los "del tendido del 7".

Juan Manuel Albendea, por colocación, pertenece a la contrabarrera del PP, un lugar estratégico desde el que se guardan las espaldas del Gobierno. En las fotografías del hemiciclo, Albendea parece proteger ahora las del vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, pero hace nueve años se retrataba detrás de los popes del andalucismo como uno de los impulsores del proyecto político Poder Andaluz, una coalición nacionalista encabezada por el empresario Arturo Moya formada para las elecciones autonómicas de 1994.

Después de aquella experiencia frustrada, en 1996 Albendea aceptó ir como independiente en la candidatura del PP al Congreso por Sevilla. Su adaptación al nuevo ideario político en este tiempo ha sido tan rápida que se han evaporado las veleidades andalucistas, en caso de que las tuviera, como quedó patente el pasado mes de noviembre al corregir a José Núñez, el único diputado andalucista en la carrera de San Jerónimo y firmante de una proposición no de ley sobre el reconocimiento de Blas Infante como padre de la patria andaluza. "Estoy seguro de que a él, además de denominarlo padre de la patria andaluza, le hubiera encantado que se le considerara hijo de la patria española", dijo en nombre del PP en la comisión constitucional donde se votó la iniciativa, que salió finalmente adelante con el apoyo de todos los grupos.

Antes de abonarse al tendido de la política, Juan Manuel Albendea Pabón (Cabra, Córdoba, 1937) hizo carrera en la banca en la estructura del BBV, donde fue director regional de la entidad y, tras una gran remodelación realizada por Emilio Ybarra en 1991, asumió una dirección general. A diferencia de otros gestores de finanzas, a Albendea, casado, siete hijos, le tientan muchas otras cosas, como los toros. En Sevilla presidió la Fundación de Estudios Taurinos y, durante un tiempo, fue cronista taurino en este diario. Firmaba Gonzalo Argote, como el erudito sevillano del siglo XVI que escribió el Libro de la montería, donde por vez primera se incluyeron las reglas del toreo.

El diputado no ha abandonado la tribuna periodística, aunque ahora ha cambiado el ruedo y firma con su nombre. Alterna duras estocadas hacia el Gobierno andaluz con los capotazos amables al estatal. En un artículo reciente publicado en El Mundo, Juan Manuel Albendea aseguraba que la campaña publicitaria Andalucía imparable era "un caso de malversación". "Además de la desviación de fondos públicos para un fin ilícito, la estulticia y la falsedad de los mensajes es tan evidente que su lectura produce vergüenza ajena", agregaba. En otro texto, recogido en El Correo de Andalucía a propósito del decreto-ley aprobado por el Gobierno para modificar el sistema de protección por desempleo, censuraba la "intolerancia sindical" y elogiaba la "apertura" del Gobierno y el PP. Estocada y capotazo.

En otro tiempo, sin embargo, Albendea cultivó una buena relación con la Junta de Andalucía mientras permaneció al frente del BBV. De hecho fue una de las razones que explica que el Gobierno andaluz le nombrase presidente del Consejo Económico y Social de la Universidad de Sevilla, un cargo del que dimitió en 1988 tras un conflicto con el rectorado sobre las competencias de cada órgano en un tema de personal. Sin embargo, desde que se sienta en el hemiciclo, la imagen que retransmiten las televisiones es la de un hombre amante del griterío, la gesticulación y, digan lo que digan, las palmas entusiastas hacia los suyos. Albendea celebra cada intervención de Aznar como si mereciera dos orejas y rabo.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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