A cabezazos en Barajas

Dicen que el carácter sanguíneo le viene de su padre, que también fue un notable futbolista. Esa herencia genética amenaza con arruinar definitivamente la carrera de Djalminha. El centrocampista brasileño del Deportivo se había exiliado esta temporada en Austria debido en buena medida a su propensión a la bronca. Una leyenda negra que él mismo se encargó de agrandar ayer: un empleado de Iberia del aeropuerto de Barajas le denunció ante la Guardia Civil por propinarle un cabezazo tras haber impedido al jugador que tomase un vuelo a Viena sin tarjeta de embarque. El futbolista alega que él fue el agredido.

Djalminha, cedido esta temporada al Austria de Viena, hizo el martes una escapadita para asistir en el Bernabéu al partido de la Liga de Campeones entre el Madrid y el Juventus. Con él viajaron dos compañeros de equipo y compatriotas: Julio César, ex jugador del Madrid y la Real Sociedad, y Dos Santos. Los tres se presentaron en Barajas a las 9.15 de ayer para tomar un vuelo de Iberia a la capital austriaca, donde tenían entrenamiento por la tarde. Cuando se disponían a franquear la puerta para acceder al avión, Djalminha se percató de que había perdido su tarjeta de embarque.

El personal de Iberia le explicó que sólo podría subir a bordo si compraba un nuevo billete, para lo que debería dirigirse a un mostrador de la compañía, en otras dependencias del aeropuerto. Según fuentes próximas al jugador, éste explicó quién era y trató de hacerles ver a los empleados que si no le vendían el billete allí mismo perdería el vuelo. Ante la discusión, se presentó un supervisor de la compañía, que insistió en que la petición del jugador era imposible de cumplir. Según la versión de Iberia, Djalminha propinó un cabezazo en la nariz al empleado. Fuentes próximas al futbolista señalaron que éste sostiene que su interlocutor se dirigió a él con malos modos y le agredió en primer lugar. Ambos prestaron declaración a la Guardia Civil, avisada por la compañía aérea.

El incidente vuelve a emborronar el futuro de Djalminha justo cuando se preparaba para poner fin a su temporada de penitencia en Austria. Su exilio en la gélida y discreta Liga centroeuropea tuvo que ver también con otro arrebato de cólera: hace justo un año propinó otro leve cabezazo al técnico del Deportivo, Javier Irureta, tras una discusión por un motivo banal en un entrenamiento.

En la capital de la música no le fue mal. Ha sido una de las piezas clave para que el club vienés haya logrado la Liga. La vida en Austria, sin embargo, se le ha hecho dura. Su familia no pudo con el invierno centroeuropeo y regresó a A Coruña. Como aún tiene contrato con el Deportivo hasta 2005, su propósito era volver. Dentro de unos días, recibirá la nacionalidad española.