La imparable construcción de Sacyr
Una pequeña compañía se sitúa en el grupo de las 'grandes' del sector y en el Ibex en sólo un año
Sacyr era hace un año una constructora solvente, pero poco conocida fuera de los círculos del sector y de los despachos del Ministerio de Fomento, donde se barajan los suculentos contratos de obras públicas. A diferencia de otras empresas, como FCC o Ferrovial, no construía pisos ni tenía una gran presencia en servicios urbanos. Tampoco cotizaba en Bolsa y su nombre no era familiar. Sus principales ejecutivos tampoco eran populares. En menos de un año, todo ha cambiado. Ahora es un grupo de moda que se ha hecho con Vallehermoso, la mayor inmobiliaria del país; con las autopistas públicas de ENA, y que tiene a un buen ramillete de ejecutivos sentado en la junta directiva del Real Madrid. Nada menos.
Sacyr, que ha adquirido en un año Vallehermoso y ENA, iniciará mañana su cotización en Bolsa
"Hemos demostrado que el tamaño no es importante", indica Luis del Rivero
Todo comenzó en mayo de 2002 cuando en una operación relámpago, negociada con el banco SCH, compró Vallehermoso, cuya fusión culminará mañana mismo con el estreno en Bolsa de la nueva Sacyr Vallehermoso. Justo un año después acaba de adjudicarse, con una fuerte apuesta en plan avasallador que dejaba atrás a destacados competidores, la empresa pública de autopistas ENA.
En 12 meses, este grupo de construcción fundado en 1986 puede presumir de haberse metido entre los cinco más importantes de su sector (contando ya con la prevista fusión de ACS y Dragados
) gracias a esas dos grandes operaciones. Algo impensable entonces y, posiblemente hace un año, para una empresa que en solitario facturó 1.221 millones de euros en 2002, una quinta parte que FCC o Ferrovial. Pero es que, además, no quiere quedarse así. El reto futuro es crecer en servicios.
Muchos recelan de los riesgos que entraña esta expansión. "Las oportunidades las tienes que aprovechar cuando pasan", responde Luis del Rivero, vicepresidente de Sacyr, que, con toda probabilidad, ocupará el mismo cargo además del de consejero delegado en la nueva Sacyr Vallehermoso, que ya quedó registrada el viernes. "No te puedes quedar parado", añade Del Rivero.
A juzgar por la actividad que han mostrado en el último año, es verdad que no han parado. La última gran oportunidad llegó con el proceso de privatización de ENA, que explota 436 kilómetros de autopistas de varias sociedades. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) puso la prueba difícil: un precio mínimo de 1.100 millones, por encima de las valoraciones de analistas, teniendo en cuenta que la empresa arrastra una deuda de 1.200 millones. Pero ENA era imprescindible para forjar su estrategia y lograr cubrir una de las piezas que todavía estaban vacías en el organigrama que desde hace tiempo está en la cabeza de los responsables de Sacyr: tener más autopistas en España (ya están en Chile, Portugal y Brasil).
Por eso, el consorcio liderado por Sacyr apostó a muerte. Competía con los grandes (Ferrovial, Acciona, FCC...) y se llevó el gato al agua. "Hemos demostrado que el tamaño no es importante", asegura. La constructora, que buscó como socio nada menos que al SCH, se presentó en plan ganador. A pesar de no haber digerido todavía Vallehermoso, puso sobre la mesa 1.586 millones, un 40% más del mínimo fijado. Demasiado, según algunos analistas. "Visto el resultado -me parece que hemos sacado a los segundos 120 millones-, me habría gustado ofrecer 100 millones menos, pero no teníamos una bola mágica", reconoce.
"Nosotros tuvimos la suerte de ir con el Santander y Ahorro Corporación, y eso nos ha permitido hacer una oferta un poco más agresiva, ganadora". "En operaciones financieras como ésta, que son a largo plazo, ofrecer 120 millones más supone que la deuda, en lugar de pagarse en 22 años, se pagará en 22 años y seis meses. No es trascendente; nosotros estamos contentos de la oferta que hemos hecho", recalca Del Rivero.
Del Rivero defiende a capa y espada la operación: "Los bancos no te prestan el dinero sin motivos. Lo que necesitas es tener la confianza del sistema financiero para que respalde tus proyectos". Los dividendos de esta adquisición no llegarán hasta dentro de 20 ó 25 años, y el comprador calcula que la rentabilidad para el capital invertido no bajará del 10%, mientras que en 2010 aportará 45 millones al beneficio neto de Sacyr Vallehermoso, cuya cuota de mercado en el sector de las autopistas españolas ya ha pasado del 10% al 30%.
En la compra de ENA, "la oferta dependía mucho del momento psicológico", explica Rivero. Y es que el grupo parece dispuesto a todo tras la compra de Vallehermoso. El 29 de mayo de 2002, Sacyr dió la primera sorpresa al anunciar la compra de un 24,5% del SCH en la inmobiliaria por 569 millones, una participación suficiente para tener el control de la primera inmobiliaria y que, con la antigua ley del Mercado de Valores vigente entonces, no le obligaba a lanzar ninguna OPA aunque obtuviera el control de la gestión. La operación recibió una lluvia de críticas de los accionistas minoritarios que no pudieron beneficiarse de la prima del 31% que recibió el banco presidido por Emilio Botín.
El siguiente paso era la fusión y ha llegado. La nueva Sacyr Vallehermoso (cotizará en Bolsa con el símbolo SYV) tendrá una capitalización bursátil estimada superior a los 2.200 millones y, según explica Del Rivero, se convertirá en la "primera o segunda" por beneficios, serán "quintos en facturación y los cuartos por fondos propios" del sector.
Ingenieros e inversores
Un grupo de ingenieros de Ferrovial (José Manuel Loureda, Luis del Rivero, Manuel Manrique...) decidieron dejar la constructora de la familia Del Pino y, con un capital de 250.000 euros, crearon Sacyr en 1986. A la empresa, que tuvo su punto de partida en la obra civil y que arrastró la imagen de ser protegida del PSOE en sus comienzos, llegaron con el paso del tiempo inversores financieros, como Juan Abelló o Demetrio Carceller, o del sector, como Fernando Martín (propietario de la inmobiliaria Martinsa).
Entre todos se reparten, con cerca del 52%, el control de la nueva Sacyr-Vallehermoso. El organigrama ha encajado a todos ellos en diferentes responsabilidades ejecutivas y, de la misma forma, en el consejo de administración, que debe aprobar todos los cambios en su reunión del 5 de junio.
El crecimiento de los últimos tiempos y la diversidad del capital le ha dado a este grupo un protagonismo difícil de llevar, pero sus responsables tratan de hacerlo sin aprietos. Quizá el trago más complicado fue la salida del grupo de Emilio Novela, consejero delegado de Vallehermoso, y posteriormente del presidente, José María Cuevas. Fue, en cualquier caso, una salida amistosa, sin apenas ruido.
Y, más allá de lo que se cueza en la sede de la constructora, muchos de los responsables tienen otro punto en común: el blanco del Real Madrid. De él son directivos Luis del Rivero, Juan Abelló (ambos vicepresidentes de Sacyr y del club de fútbol) y Fernando Martín.
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