El Gabinete de Blair se disculpa ante sus espías por manipular datos sobre Irak
Alastair Campbell, director de estrategia y comunicación de Downing Street y mano derecha de Tony Blair, se disculpó ante los servicios secretos por la manipulación de un informe sobre Irak. La constatación de que Downing Street acomodó a sus necesidades este informe, distribuido en enero, impulsa la sospecha de que pudo también manipular el divulgado en septiembre de 2002 para hacerlo más atractivo.
En el primer informe, el de septiembre, se incluyó la referencia de que Sadam Husein tenía capacidad para lanzar un ataque con armas de destrucción masiva en 45 minutos. Una fuente anónima vinculada a los servicios secretos denunció la semana pasada que esa afirmación fue manipulada por Downing Street para convencer a los británicos de que había que desarmar a Irak por la fuerza porque suponía una amenaza para Occidente.
La posibilidad de que Tony Blair haya manipulado el material de los servicios secretos para doblegar la fuerte oposición de los británicos a la guerra ha provocado una grave crisis de confianza hacia el primer ministro. Blair ha aceptado que la comisión de espionaje y seguridad de los Comunes investigue esas denuncias, pero ayer trascendió que esa comisión llevaba un mes intentando abrir una investigación sobre el papel desempeñado por el Gobierno en los informes sobre Irak, pero Blair se había negado hasta estallar esta crisis.
Copiado de Internet
También ayer se supo que Alaistair Campbell, uno de los más próximos colaboradores del primer ministro, el más temido Rasputin, sobre el que reposa todo el aparato de propaganda de Blair, escribió una carta de disculpa a los servicios secretos por las intromisiones del Gobierno, según publicaba The Sunday Telegraph. Las disculpas de Campbell, en una carta personal que parece querer excluir a Blair de cualquier responsabilidad, se refieren al eventual daño que hubieran podido sufrir los servicios de espionaje al saberse que parte del informe sobre Irak publicado en enero pasado estaba extraído de un trabajo universitario realizado hace 12 años y copiado de Internet sin citar la fuente de procedencia.
La responsabilidad de ese desaguisado, que provocó un escándalo fenomenal y acrecentó las dudas de los británicos sobre los verdaderos motivos y objetivos de EE UU y el Reino Unido al abogar por la invasión de Irak, fue de Downing Street y no del espionaje británico. Aquel informe fue presentado por Blair como basado "en numerosas fuentes, incluyendo material de espionaje". El informe de septiembre, el que hacía hincapié en la capacidad de reacción de Sadam, se presentó como "basado en gran parte en el trabajo del Comité Conjunto de Espionaje", el organismo que agrupa a los diversos servicios de espionaje civil y militar del Reino Unido.
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