Rebelión patronal contra Fox
El empresariado mexicano pide que el presidente aborde las reformas económicas y sociales que necesita el país
Los recientes reproches empresariales a Vicente Fox fueron aprovechados por la oposición mexicana para proclamar que las principales promesas de campaña del presidente, investido el 1 de diciembre del año 2000 se han evaporado y las cosas marchan peor de lo previsto. Independientemente de las reformas en manos del Congreso, destacados hombres de negocios atribuyen al Ejecutivo el estancamiento de la economía y la tardanza en abatir los problemas sociales, entre ellos la pobreza, que castiga a la mitad de los 100 millones de mexicanos.
"Es triste que los mejores inversores extranjeros tengan una visión más positiva del país", reaccionó Santiago Creel, secretario (ministro) de Gobernación. Las objeciones de la oposición parlamentaria, que debe asumir parte de las culpas, según los analistas, han sido constantes, pero el último aldabonazo es más doloroso, porque procede de las filas del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), la Confederación Patronal Mexicana (Corpamex), el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra). Sus portavoces pidieron "correcciones sustanciales".
"Es triste que los inversores extranjeros tengan una visión más positiva del país"
"No es cierto que el país no crezca porque no haya reformas (fiscales, energéticas o laborales) o por los problemas de la economía internacional", declaró la pasada semana Dionisio Garza, presidente del Grupo Industrial Alfa, uno de los más poderosos de América Latina. "Hay cosas que se pueden hacer". La influencia de los factores externos, fundamentalmente la contracción económica que padece Estados Unidos, en cuyos mercados coloca México cerca del 90% de sus exportaciones, es grande, pero también es criticable la incapacidad del Gobierno para crear las condiciones propicias o aplicar medidas de reactivación económica, que son de su incumbencia, porque no obligan a cambios constitucionales.
"Nunca se ha visto", agregó Garza, "tanta mercancía ilegal: el 60% de las ventas textiles es de contrabando". No fue una reflexión en privado, sino ante el 15º Foro del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas. "No entiendo cómo 20 machetes pueden parar la inversión en un aeropuerto", continuó, aludiendo a la violenta sublevación campesina que, durante el verano del año 2001, paralizó la construcción de un nuevo aeropuerto internacional cerca de la capital federal. El coste político de la represión, previsiblemente violenta, intimidó al Gobierno, que canceló el multimillonario proyecto. Los inversores le tildaron de pusilánime.
Las nuevas recriminaciones escuecen especialmente al presidente, porque el perfil de Vicente Fox, ex ejecutivo de Coca-Cola, es empresarial y supuestamente promotor de la liberalización económica. Su partido no dispone de mayoría en el Congreso, cuya Cámara de Diputados será renovada el próximo 6 de julio, y los más importantes proyectos de ley del Ejecutivo han sido sistemáticamente detenidos o enmendados hasta el tuétano, como ocurrió con la reforma fiscal. México, cuya estabilidad macroeconómica contrasta con los descalabros de otros países latinoamericanos, llegó al año 1999 con un crecimiento del 7%, para caer hasta el -0,3% en 2001 y subir un 0,9% en el pasado ejercicio.
Las agencias Moody's, Standard & Poor's y Fitch han otorgado a México el nivel verde de inversión, pero es probable que este año concluya con un alza del PIB apenas superior al 2%. "Algunos de los que protestan lo hacen porque no se les dio lo que pedían", dijeron fuentes oficiales. Puede ser que hombres de negocios afectados por las políticas o dejaciones oficiales hayan estimulado la difusión del enfado patronal, pero las razones de fondo son compartidas por las corporaciones patronales. "Hay frustración", admitió el presidente del CCE, Héctor Rangel. Por su parte, el titular de Gobernación devolvió la pelota a los empresarios: "Tienen que hacer un esfuerzo, realizar las inversiones, asumir los riesgos naturales de las empresas y producir empleos".
Pero Dionisio Garza, de 49 años, miembro del Centro de Estudios para América Latina David Rockefeller de la Universidad de Harvard, un hombre que no gusta de la publicidad, junto a otras eminencias, ha saltado al ruedo de las críticas. "Cuando surgen críticas tan fuertes es porque hay una percepción de cansancio en amplios sectores de la iniciativa privada", indica el analista económico Enrique Quintana. La estricta aplicación de las leyes y la excesiva burocratización son algunas de los críticas apuntadas. No obstante, de haberse aplicado en puridad y hasta sus últimas consecuencias la justicia y el Estado de derecho, no pocos empresarios mexicanos estarían hoy en la cárcel por estafa o recurrente evasión fiscal.
Los hombres de negocios insurrectos, entre ellos presidentes de las principales corporaciones, piden un marco de seguridad jurídica que fomente la inversión, tanto en infraestructuras como en otros negocios cualesquiera, sin tener que recurrir en demasía a la financiación bancaria, porque absorbe cerca del 80% del ahorro disponible: por tanto, queda sólo el 20% restante para la inversión privada. La nómina del Gobierno, además, ha subido un 10% durante la actual Administración, y la plantilla de las empresas paraestatales, un 23%, de acuerdo con las cifras manejadas.
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