Palacio anuncia una batalla por los votos de España en la UE
La aprobación por consenso del nuevo sistema de votación en el Consejo incluido en el proyecto de Constitución elaborado por la Convención Europea no significa el fin del rechazo español hacia a esa reordenación que le perjudica. La ministra de Exteriores, Ana Palacio, anunció ayer en el Congreso que dará batalla cuando el tema se debata en la Conferencia Intergubernamental (CIG), la instancia política que, a partir del próximo otoño, decidirá los contornos institucionales de la Europa ampliada.
Es probable que el presidente del Gobierno, José María Aznar, haga constar esas intenciones mañana mismo en la cumbre de Salónica, aunque desde La Moncloa y desde el PP se haya insistido en las últimas horas en que España no sólo no pierde porcentaje de votos con el nuevo sistema, sino que gana algunas décimas. El problema es que, aunque el porcentaje suba, al entrar en juego el criterio de la población con el nuevo sistema, España pierde mucha capacidad de bloquear decisiones del Consejo con el apoyo de otros países medianos o pequeños en relación con las que le da el Tratado de Niza. Esto le llevó a decir ayer a Palacio que "la Unión pasaría a estar gobernada de facto por los cuatro Estados miembros más poblados" si vence la doble mayoría.
Apoyo del PSOE
La oposición socialista, a través de su portavoz para temas europeos, Rafael Estrella, garantizó ayer en la Comisión para la UE que apoyará ese empeño del Gobierno a condición de que resulte alcanzable sin recurrir a tácticas de bloqueo.
Palacio declaró tras el debate que el objetivo es perfectamente realizable, y rechazó que España se quedara sola en la Convención cuando se consensuó este tema. "No me gusta vender la piel del oso desde el primer momento, pero es claro que el capítulo institucional suscita recelos en muchos países", dijo.
"Pensar que aquí hay un panorama ídílico en el que todo el mundo está de acuerdo menos España, que estaría aislada, queda lejos de la realidad", opina otra fuente diplomática, que destaca que el capítulo institucional es el único que ha "chirriado" en la Convención, precisamente "porque es patrimonio de los Estados". "Aquí va a haber mucho de qué hablar. Si se abre esto, a lo mejor habrá que hacer muchas otras cosas. Y se logrará una solución", añade la misma fuente.
Palacio estima que un calendario razonable para la CIG, tema que se abordará en Salónica, sería que empiece a trabajar en octubre y cierre el acuerdo hacia febrero, de manera que el nuevo tratado esté listo para ser firmado en Roma en mayo de 2004.
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