Una retrospectiva repasa en Bilbao la pintura del silencio de Serge Poliakoff
La pintura abstracta de Serge Poliakoff (Moscú 1900-París, 1969) se puede ver por vez primera en España en una muestra monográfica que ayer se inauguró en Bilbao (sala de exposiciones de la Fundación BBK; Gran Vía, 32). Las obras, una treintena de piezas procedentes de la colección de la familia, abarcan desde 1935 a 1969. "Es una pintura del silencio, un silencio que se impone a sí mismo y que quiere que compartamos con él", señaló la comisaria de la exposición, Martine Soria. "Refleja una meditación profunda, a la vez que suscita recogimiento", agregó.
Poliakoff se ganaba la vida tocando la guitarra en su exilio en París cuando, a finales en 1929, empezó a estudiar dibujo y pintura. Hasta fines de la década de los 30 no encontró un camino propio en el terreno de la abstracción y poco después comenzó con su llamamiento a la concentración y el silencio. "Cuando un cuadro calla, quiere decir que ha salido bien", dejó escrito el artista. "Algunos de mis cuadros empiezan en tumulto. Son explosivos, pero no me doy por contento hasta que se tornan silenciosos. Una forma debe escucharse, no verse".
Sobre esas ideas trabajó Poliakoff dando énfasis en sus cuadros al material y a las formas geométricas. Abandonada la figuración que practicó en los primeros años, se aprecia en su obra "una preocupación constante por solucionar el problema de la relación bidimensional entre la pintura y el volumen", indicó Soria. Poliakoff aplicó violentos contrastes de color, en manchas monocromáticas, que a menudo se ordenan de forma asimétrica sobre la superficie de la obra. "Cada lienzo es el resultado de varias dialécticas: las de las categorías formales, las de las diversas maneras de aplicar la pintura al soporte, la de la búsqueda de una estructuración global, la de la materia-color y las superficies que reclama para sí".
Poliakoff consiguió el reconocimiento internacional en la década de los 50. El aislamiento que España sufría en la época impidió que su pintura fuera conocida y, a pesar del tiempo transcurrido, ha seguido ausente de la programación artística española. Las únicas excepciones han sido una exposición de un lienzo y varios gouaches en la feria ARCO de 1989, y una serie de litografías que presentó la galería Estiarte, de Madrid, en 1992, algunas de ellas procedentes de tiradas posteriores a la muerte del artista, presencias puntuales en exposiciones colectivas. Actualmente se elabora en Francia el catálogo razonado de su obra.
Alexis Poliakoff, el hijo del artista y su más directo colaborador, asistió ayer a la inauguración de la retrospectiva. "Rodeado de los cuadros de mi padre, me doy cuenta de que sus colores ganan con el tiempo, que su luz se hace más profunda, que el conjunto se hace aún más denso".
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