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Ferran Mascarell: "El Fòrum tendrá continuidad en otras ciudades"

El concejal sitúa en 2004 y en el Born los dos grandes retos del curso

Está convencido de que "el Fòrum 2004 tendrá continuidad en otras ciudades", pero cuando se le pregunta en qué basa esa convicción remite a un próximo anuncio, "de aquí a no mucho tiempo", por parte del alcalde Joan Clos. Concejal de Cultura y, desde las últimas elecciones municipales, portavoz del consistorio, Ferran Mascarell fija en el Fòrum y en la reforma del Born los dos grandes retos culturales del actual mandato.

"Creo que el Fòrum es una idea suficientemente fuerte como para que tenga continuidad. Su éxito se medirá en un 33% por esa continuidad, otro 33% por los contenidos que genere y el 33% restante por la transformación que supone de la ciudad".

Una idea sin embargo que el propio concejal reconoce que todavía no ha calado entre la ciudadanía.

"Está costando comunicarla, pero creo que no más de lo que en su momento debió costar comunicar la primera Exposición Universal o los primeros Juegos Olímpicos. En París, en 1900, hubo un debate muy intenso sobre la Exposición Universal, cuando hacía ya cerca de 50 años que venían celebrabándose este tipo de manifestaciones. La gente se preguntaba qué era. Y nada menos que Apollinaire formuló una respuesta. Dijo que era a la vez un museo, una fábrica, un mercado y una fiesta popular. Nosotros estamos en la primera edición de un acontecimiento que estoy seguro será tan importante como las exposiciones universales o los Juegos Olímpicos. Será una fiesta, un encuentro, un debate y un lugar de divulgación y creación de nuevas conquistas conceptuales para hacer un mundo más pacífico, más sostenible y más dotado culturalmente".

Tampoco la transformación urbanística del área del Besòs, en la que Mascarell cifra el 33% del éxito de la empresa 2004, parece que convence a todo el mundo.

"Ignoro el motivo por el que los especialistas tienden a dar poca importancia a esa intervención. Yo creo que en la historia de Barcelona hay que poner la demolición de las murallas, la Exposición de 1888, la construcción de la Via Laietana, la Exposición de 1929 y los Juegos Olímpicos para encontrar una transformación equiparable. Lo que ocurre esta vez es que la obra está muy concentrada en la zona que quedó por dibujar en los planos de Ildefons Cerdà. Un lugar que se ha mantenido como 'no ciudad' durante un siglo y medio. Recuperar esa área tendrá una gran repercusión para Barcelona y para todo el entorno metropolitano".La ciudad se ha inventado nuevos espacios para cada acontecimiento que ha organizado.

"Ha buscado nuevos espacios y a la vez ha consolidado un modelo de desarrollo urbanístico cívico, es decir resultado del pacto entre la ciudadanía y su Ayuntamiento para superar los límites impuestos por el hecho de ser la capital de una cultura pero no de un Estado. En materia cultural debemos mantener la preeminencia de la creatividad, pero a la vez desarrollar con mayor convicción todo lo que tiene que ver con la cultura como proyecto cívico de convivencia, con derecho y deberes de los ciudadanos, esto es con valores".

Esta ciudad tiene poca actividad cultural durante el mes de agosto. Mascarell piensa que es un tema que hay que afrontar.

"Los hábitos culturales han cambiado mucho en los últimos 10 o 15 años. A finales de la década de 1980 decíamos que las grandes ciudades -París, Madrid, Roma- tendían a la desertización en verano. Ahora ya no es así, siguen activas en pleno agosto, sea por los visitantes o porque sus habitantes deciden hacer vacaciones en otros momentos. Hemos de adaptar las ofertas públicas y privadas a esta nueva realidad y 2004 será un año de ensayo. El Grec deberá alargarse más y adelgazarse durante el mes de julio. Debe llegar hasta mediados de agosto, cuando empiezan las fiestas populares. Este año hemos tenido ya experiencias que han funcionado muy bien, como el festival de jazz organizado por Mas y Mas y las sesiones de cine al aire libre en Montjuïc", explica.

Otra de las prioridades que Mascarell se fija para este mandato es construir el centro histórico del Born y la biblioteca central. "La biblioteca cuenta ya con una nueva propuesta de emplazamiento. Hemos ofrecido al ministerio un solar en el que este verano hemos realizado catas arqueológicas. Tendremos los resultados el 15 de septiembre, pero nada hace pensar que el informe impedirá la construcción. A partir de ahí, la Generalitat y el Gobierno central deberán ponerse en marcha. El Born es una cuestión prioritaria del Ayuntamiento. Estamos dispuestos a pactar el proyecto con la Generalitat, siempre que eso no suponga ningún retraso. Espero que sea una cuestión de días la vuelta del viejo mercado a la titularidad municipal", indica.

Otros proyectos en marcha para el actual mandato son el Museo del Diseño de la plaza de las Glòries y la sala de cámara del Auditorio de Barcelona. "Respecto al primero, debemos crear antes con la Generalitat la fundación público-privada para desarrollar el proyecto. En cuanto a la sala de cámara, es una de las cuestiones fatigosamente pendientes. Ahí no ha habido manera de que el ministerio mantuviera su compromiso de cubrir el 50%. Se están haciendo ya las obras de la otra mitad, financiada a medias por la Generalitat y el Ayuntamiento".

De la relación entre el Lliure y el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) Mascarell opina que hay que armonizar la oferta. "Esta cuestión no se resolverá hasta después de las elecciones. Si estamos satisfechos del funcionamiento del Lliure, también es evidente que en un futuro próximo debemos plantearnos la relación entre los dos centros. A título personal, me parece lógico que el TNC sea el teatro del repertorio clásico y el Lliure del contemporáneo", explica.

Dos cosas preocupan especialmente al concejal de Cultura: "Por un lado, encontrar el punto correcto entre el hipercriticismo sobre la oferta cultural de la ciudad y el exceso de autosatisfacción. El otro aspecto es que cambien las cosas en Cataluña de manera que los próximos gobiernos confíen en Barcelona como capital de la cultura catalana".

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