Un 'pívot' en Goodyear
Ha cruzado el estrecho desde Casablanca, donde dirigía la filial marroquí de la firma norteamericana de neumáticos Goodyear Dunlop, para hacerse cargo de su homóloga española, "todo un desafío" para este joven francés del 68 que apenas ha tenido tiempo para conocer España, pero que ya ha descubierto, sin embargo, el embrujo de unas virutas de pata negra degustadas junto con un buen rioja.
Las diferencias son notables ya que en el país norteafricano aunque tuvo que dar un giro completo al negocio y gestionar una planta de producción, se trata de un mercado protegido en el que Goodyear disfruta de más de la mitad del mismo, mientras que en España se ha encontrado con "una competencia feroz."
A pesar de su juventud ha desempeñado ya importantes cargos en distintas empresas, alguno de ellos tan singular como el control de informes y costes de 40.000 hectáreas de bosque en el entonces Congo de principios de la década pasada.
El Grupo La Rochette y Pirelli Cables son los escalones empresariales previos a su incorporación, en 1996, como jefe de créditos de Goodyear en Francia.
Ha aterrizado en España arropado, entre otras cosas, por un importante estudio patrocinado por su firma y realizado por el Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia y en el que se señala el deterioro de los neumáticos como responsable del 60% de los accidentes provocados por fallo mecánico. Lo que les da pie para promocionar sus avances en el desarrollo de la tecnología antipinchazos que permite seguir circulando más de 80 kilómetros tras un percance de ese tipo. La pena es que no se puedan aplicar estos métodos a situaciones parecidas en la evolución de la empresa como la que atraviesan en estos momentos en Estados Unidos, con una importante caída de los resultados durante el primer semestre del año, en el que han multiplicado por siete los números rojos de la primera mitad de 2002.
Su formación es marcadamente financiera, con varios títulos y masters europeos y norteamericanos que le han servido también para la publicación de un libro sobre gestión de créditos en el que defiende algunas estrategias que no son ajenas a la práctica del baloncesto, una actividad muy "gratificante" a la que dedicó largas horas entre 1991 y 1998 como presidente del Issy Basket Club. Echa de menos sus labores como entrenador de uno de los equipos, muy útiles a la hora de "enseñar y explicar cosas a un grupo humano", especialmente cuando se trata de crear "espíritu de equipo".
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