El atleta futbolista
Fermín Cacho, ex campeón olímpico, se entrena con un equipo jienense de Regional y sueña con llegar al Numancia
El fútbol modesto ya cuenta con su particular galáctico. Y no por su sueldo millonario, sino por la trayectoria que le avala. Fermín Cacho, el mejor atleta español de todos los tiempos y campeón olímpico de los 1.500 metros en los Juegos de Barcelona 92, ha decidido cambiar las pistas del atletismo por el césped del fútbol. Esta semana pasada ha empezado a entrenarse con el Iliturgi, un modesto equipo de Regional Preferente, de Andújar (Jaén), el pueblo de su esposa y sus dos hijas y al que la familia ha trasladado este año su residencia.
De momento, Cacho se entrena por simple afición y no cuenta con ficha federativa, pero tanto él como los directivos del Iliturgi no ocultan sus deseos de verle muy pronto debutando en este equipo aficionado. "Por mí, encantado de ayudar, dar ánimos a estos jóvenes jugadores y ascender a la Tercera División", confiesa el soriano.
El entrenador del Iliturgi destaca la velocidad, la técnica y la valentía de su nuevo jugador
"Sería una enorme proyección para el equipo", sostiene Pedro Aznar, el vicepresidente del club jiennense. También se frota las manos el entrenador, Paco Plaza: "A nivel de marketing, Cacho sería muy positivo, aunque debe ser él quien lo decida y asuma los riesgos de su incorporación".
Pero, más allá del tirón que el efecto Cacho tendría para la afición, el Iliturgi asegura que primará el aspecto deportivo sobre cualquier otro. Y la verdad es que los primeros datos no pueden ser más optimistas. "Es un jugador muy rápido, como no podía ser de otra manera, y muy bien dotado técnicamente. Maneja bien las dos piernas, aunque le gusta jugar por la izquierda, y es valiente en el uno contra uno", dice Plaza. Con apenas tres entrenamientos realizados, ya se atreve a ensalzar semejantes virtudes en Cacho.
Hasta sus compañeros, cuya media de edad no pasa de los 22 años, se han sorprendido por la velocidad de Cacho, para quien sus 34 años no deben ser un obstáculo para jugar a un buen nivel. "Físicamente, estoy muy bien. ¿Por qué no puedo jugar hasta los 38 años como Donato
, por ejemplo", se pregunta el propio Cacho.
Claro que su sueño no es otro que poder llegar a vestirse de corto en el equipo de su tierra, el Numancia, que milita en la Segunda División. "Soñar no cuesta dinero, aunque hay que ir poco a poco", asegura Cacho, que recuerda los dos años en los que el equipo soriano hizo felices a sus aficionados y cautivó el corazón de muchos españoles en su paso por la Liga de las estrellas.
De alguna manera, Cacho quiere emular los buenos recuerdos que tiene de su época de jugador de fútbol juvenil en el equipo de su pueblo, Ágreda (Soria). Con todo, pese al buen aroma que desprende aquella época, tiene claro que, de volver a nacer, volvería a ser atleta antes que futbolista. "No cambiaría por nada los éxitos que he obtenido en mi carrera", indica.
Ni siquiera dice sentir envidia de los sueldos millonarios que se mueven actualmente en el fútbol de élite: "Será porque se lo merecen y porque el fútbol es un negocio que está montado así".
Cacho tampoco ha ocultado nunca que es un enfervorizado seguidor del Real Madrid -"soy un merengón de toda la vida", confiesa- y también tiene en el club blanco el principal espejo en el que mirarse. "Está claro que Raúl es el mejor ejemplo de constancia y sacrificio, virtudes que yo también he intentando mantener en el atletismo". Pero también dice admirar el "pundonor" de otro madridista, Salgado, y del bilbaíno Etxeberria.
Cacho no quiere ir deprisa, pero se muestra dispuesto a seguir trabajando por el pueblo andaluz que le ha acogido. Ya lo demuestra trayendo cada año a lo mejor del atletismo español al Memorial Francisco José Higueras.
Eso sí, todavía está pendiente su empeño en traer hasta este pueblo al todopoderoso atleta marroquí Hicham el Guerruj, el culpable de que no pudiera engordar más su brillante palmarés en los 1.500 metros.
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