Jesuli triunfa con ley
Jesuli de Torrecera cortó una oreja en cada novillo y se convirtió en el novillero triunfador de la temporada sevillana, pues ya consiguió otros dos apéndices en su anterior comparecencia. No está nada mal en un año de tanta sequía de toreros que digan algo interesante. Y Jesuli lo dijo, bien es verdad que con el lote más propicio -manso y con movilidad su primero, y blando y noble el otro-, pero con una magnífica disposición, con valentía, con templanza y, en algunos momentos, con altas cotas artísticas. Así ocurrió en el cuarto, al que toreó por naturales con lentitud y profundidad en una tanda corta, pero de ejecución extraordinaria. Sorprendió, asimismo, en el primero, dificultoso y huidizo, ante el que se mostró muy dispuesto y centrado con un toreo de mando, emoción y casta torera. Tiene oficio este torero; y una edad respetable, pues ya ha cumplido los veintitrés y ésta es su quinta temporada como novillero. Conclusión: como no tome pronto la alternativa se le pasa el arroz.
San Miguel / Jesuli, Solís, Bolívar
Novillos de San Miguel, bien presentados, mansos, blandos y de escasa movilidad. Jesuli de Torrecera: estocada (oreja); pinchazo y estocada caída (oreja). Javier Solís: estocada baja (ovación); estocada baja (palmas). Luis Bolívar: tres pinchazos y un descabello (silencio); estocada (ovación). Plaza de la Maestranza, 21 de septiembre. Menos de media entrada.
Tampoco se le puede negar la valentía a Javier Solís, quien tuvo menos suerte con su oponente primero, manso como todos y parado en la muleta. Su porfía fue inútil. Más se movió el quinto, pero el novillero se alivió en la colocación, toreó desde muy lejos y su labor resultó pesada e insulsa, a pesar de una tanda de naturales con sabor.
Valentísimo es el colombiano Bolívar, torero de enorme personalidad, con oficio y buenas maneras. No tuvo novillos para triunfar porque su primero se negó a embestir y el otro fue un inválido, pero Bolívar dejó la impronta de quien quiere y puede ser alguien importante en el mundo del toro. Se queda muy quieto con capote y muleta, lo que añade una buena dosis de emoción a su toreo de calidad. No cortó orejas, pero dejó la imagen de un torero con enormes posibilidades de ser figura.
Babelia
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