El alcalde de La Vila quiere cambiar el plan general para legalizar el hotel Atrium Beach
El Consell advierte de que mirará con lupa cualquier modificación que se le proponga
El mayor hotel de la península, el Atrium Beach, que se levanta en la Cala de Finestrat, en La Vila Joiosa, está en un callejón con pocas salidas. Las obras se pararon en seco tras dos accidentes laborales en seis días que costaron la vida a tres operarios. Los siniestros, además de cuestionar la seguridad de las obras, destaparon la ilegalidad urbanística del proyecto. El alcalde ha trasladado a la Consejería de Territorio y Vivienda la posibilidad de modificar el PGOU para dar cabida legal al conjunto de obras irregulares del término municipal y, con ellas, el Atrium Beach.
El complejo rebasa ampliamente la volumetría autorizada por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de La Vila Joiosa. La ilegalidad de las obras es admitida sin ambages por el alcalde, José Miguel Llorca, del PP. Llorca, que siempre vio con buenos ojos la mastodóntica iniciativa, y que se resiste a enterrar el proyecto -demoler el exceso de obra, única alternativa, según la oposición-. Oficialmente, el alcalde, que afronta su tercer mandato con mayoría absoluta, mantiene que no ha iniciado ninguna negociación ni con la promotora, Hotel Luna, SA, ni con la Consejería de Territorio y Vivienda para legalizar el complejo. "Estamos a la espera de que la promotora presente un nuevo proyecto", asegura Llorca.
No obstante, según fuentes cercanas al Consell, el primer edil de La Vila ha planteado una modificación del PGOU para legalizar las obras irregulares que se levantan en el municipio, entre ellas el Atrium Beach. La propuesta del alcalde es verbal. "Todavía no ha presentado ningún documento", matizan esas fuentes, que aseguran que mirarán con lupa cualquier modificación. La respuesta del ejecutivo autónomo estará en función "del calibre y alcance" de la modificación planteada por el Ayuntamiento.
La edificabilidad máxima en la zona donde se ubica la parcela del hotel es de 79.964 metros cuadrados. De ellos, 64.813 han sido consumidos por cuatro torres de apartamentos. Por tanto, sólo restarían 15.151 metros cuadrados, y el hotel proyectado tiene ya consumidos 103.727 metros cuadrados.
La postura más radical a favor de la demolición la esgrime el edil independiente Pedro Lloret. "No hay otra alternativa. Se ha construido más de lo permitido y, además, sin licencia", explica. El PSPV también aboga por la demolición, aunque primero baraja la posibilidad de llevar al alcalde a los tribunales por supuesta prevaricación al no paralizar las obras a sabiendas de su ilegalidad. La promotora mantiene su tesis inicial en ambos planos de la discusión, o sea, medidas de seguridad en la obra y normativa urbanística. En el primer apartado, asegura que las obras respetaban la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. En el segundo apartado, la promotora también rechaza que haya cometido infracción urbanística alguna.
Un amasijo de subcontratas
Francisco García preside un grupo hotelero, Costablanca, que tiene 15 establecimientos y un total de 5.000 plazas hoteleras, que pretende doblar en número de camas con el Atrium Beach. La cadena Costablanca, participada mayoritariamente por la familia García, facturó el pasado año 90 millones de euros. García ha salpicado su carrera empresarial con originales iniciativas. A finales de los ochenta, con el PSPV en el gobierno local de Benidorm, presentó el primer bosquejo de proyecto de parque temático. La propuesta giraba en torno al cuerpo humano y propuso como ubicación los accesos de la N-332 en Altea. La iniciativa, pionera en el apartado de oferta lúdica alternativa y complementaria al turismo de sol y playa, quedó en aguas de borrajas.
Ahora, está embarcado en la construcción del hotel más grande de la península. Y para ello se atiene escrupulosamente a la práctica del sector de la construcción. A saber, una constructora principal, la firma Cimenco, SL, y un sinfín de subcontratras, que ejecutan el resto de trabajos y aportan la mayoría de los 600 operarios empleados en la obras hasta que el pasado día 18 de septiembre la Dirección General de Trabajo las paralizó. Nadie, ni la promotora, ni los sindicatos, conoce el número real de subcontratas que se dan cita en el Atrium Beach.
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