El 73% de los rusos apoya a su presidente en el 'caso Yukos'
La última encuesta en Rusia, hecha pública ayer y realizada el pasado jueves, muestra indirectamente algo que ya se sabía: la mayoría de la población odia a los oligarcas y, por eso mismo, el encarcelamiento del multimillonario Mijaíl Jodorkovski no podía hacer bajar la popularidad del presidente, Vladímir Putin. El 73% de los rusos apoya a su presidente, según el último sondeo sociológico del Centro de Estudio de la Opinión Pública a partir de una muestra de 1.600 personas.
El primer ministro, Mijaíl Kasiánov, tiene el apoyo del 39%. Kasiánov ha criticado la actuación de la fiscalía contra Yukos, primero al decir que consideraba excesivo el encarcelar a personas sospechosas de cometer delitos económicos y el viernes al declarar que estaba sumamente preocupado por el embargo de las acciones de la petrolera. Por cierto, también EE UU y Alemania han mostrado su preocupación por la motivación política que prodrían tener los sucesos en torno a Yukos. Pero en Rusia son pocos los que ponen esto en duda: la mayoría de los analistas opina que el conflicto entre el Kremlin y Jodorkovski ha sido provocado por las ambiciones del magnate y el temor de los actuales dirigentes de que éste se pueda convertir en una seria fuerza política independiente.
Cambiar el rumbo político
Anatoli Chubáis, el reformista que encabeza la gigantesca compañía de electricidad de Rusia, piensa que el conflicto va más allá y no se reduce al Kremlin y Jodorkovski, sino que tras el acoso a Yukos está la decisión de Putin de cambiar el rumbo político del país. Chubáis subrayó a RenTV que la dimisión de Alexandr Voloshin de su cargo de jefe de la Administración presidencial se debió a que no está de acuerdo con la nueva política que está aplicando Putin.
Voloshin había anunciado el sábado pasado, día de la detención de Jodorkovski, que quería renunciar, pero Putin se había mostrado en contra. Sin embargo, el jueves, cuando la fiscalía embargó gran parte de las acciones de Yukos, Voloshin le reiteró su decisión de dimitir. A las nueve de la noche de ese día, Putin entró en el despacho de Voloshin, donde se habían reunido los jefes de departamento y otros funcionarios. "Putin fue breve, y en un silencio sepulcral informó de que consideraba que la dimisión de Alexandr era un error, pero que el mismo Voloshin la quería; seguramente está cansado. En cualquier caso, hay que darle las gracias", escribía ayer el diario Moskovski Komsomoltes. Y Putin, según su secretario de prensa, Alexéi Grómov, "agradeció profundamente" a Voloshin por cómo se había desempeñado en su alto cargo. "Personalmente hizo mucho por resolver los problemas que enfrenta el país", habría dicho el presidente. Las palabras de Putin hacen pensar que no se opondrá a que Voloshin se vaya a trabajar con Chubáis como presidente del consejo de directores de la compañía de electricidad.
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