EMC saca el talonario y engulle en un año ocho empresas
Otra empresa que está manejando con profusión el talonario es EMC, una empresa con 19.000 empleados que el año pasado facturó 5.500 millones de dólares.
Desde que hace un par de años Joe Tucci tomó sus riendas, este fabricante norteamericano amplía su oferta de hardware de almacenamiento en la Red al mundo del software de gestión de información y de los servicios.
En el último año, EMC ha engullido nada menos que ocho empresas desarrolladoras de software.
Algunas de estas operaciones han pasado casi inadvertidas, pero dos de ellas duplican la cantidad pagada por Novell por SuSe. En julio de este año, EMC adquiría por 1.112 millones de dólares Legato, un editor norteamericano de software de protección y recuperación de información, y a mediados de octubre hacía lo mismo con el editor de gestión de contenidos corporativos Documentum por 1.700 millones de dólares.
Movimientos
Es un buen ejemplo de cómo los fabricantes esperan hacerse más necesarios a sus clientes, en este caso ampliando sus soluciones de almacenamiento de bits en bruto, a todo el ciclo de vida de la información corporativa, lo que comprende desde la creación y el almacenamiento, pasando por la recuperación, la seguridad y la publicación de toda la información corporativa.
Estos movimientos se suceden a las grandes compras de años anteriores, como las de Compaq por HP; Informix y PwC por IBM; Navision por Microsoft o la actualmente en proceso de JDEdwards por People Soft.
Todo ello confirma que el proceso de concentración de empresas de software es tan imparable como el que sacudió en su día a los sectores automovilístico, de la alimentación o farmacéutico, por ejemplo. El software comparte con estos mercados algunas causas. Entre otras, la globalización y la necesidad de trabajar con una economía de escala capaz de recuperar las cuantiosas inversiones que exige el desarrollo de un producto.
Sin embargo, el software añade sus propias características.
Unas son coyunturales, como la atonía del mercado, que ha causado grandes dificultades a muchas empresas, lo que explica la baja cantidad pagada por la compra de Meta 4 (18,6 millones de euros).
Todo ello, a pesar de que se trata de una de las pocas empresas de software españolas que ha alcanzado una posición de privilegio en indicadores internacionalmente tan prestigiosos como el cuadrante mágico de la consultora Gartner en el segmento de software dedicado a la gestión de recursos humanos.
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