Críticas reales
Tiempos difíciles para algunas casas reales europeas, la sueca por ejemplo. Cuando había logrado frenar la ofensiva de la prensa sensacionalista alemana que inventaba historias sobre el rey Carlos Gustavo y las princesas Victoria y Magdalena, ahora son los propios súbditos suecos los que provocan su irritación y protesta. Si no con historias de divorcios, amantes, abortos, etcétera, con bromas que, como casi todas las bromas, esconden un trasfondo de, al menos, incordialidad. En el pasado programa Söndagöppet (Domingo abierto), del Canal 1 de la televisión estatal, se aludió entre una variada temática a la solicitud de la casa real para que que se aumente la dotación fija anual para gastos que recibe de los contribuyentes suecos vía Gobierno. Uno de los participantes del programa, Olle Palmlöf, opinó que dicho pedido estaba justificado porque se necesitaba para pagar las facturas de la princesa Magdalena en el club nocturno Kharma, que "suele frecuentar con sus amigos". La jefa de prensa de la casa real, Elisabeth Tarras-Wahlberg, reaccionó molesta afirmando que "ese Palmlöf" tiene bien poca preparación si cree que la dotación real se utiliza para pagar las visitas a clubes nocturnos". "Con gusto le puedo enviar una relación de nuestros gastos para que se informe de cómo empleamos el dinero", agregó con el mismo tono áspero. El aludido se disculpó diciendo que había sido una broma, pero que mantiene que "cada céntimo de los dineros que recibe la casa real debe ser minuciosamente controlado". La solicitud de aumento de fondos de la casa real ha originado polémicas y la televisión estatal ha realizado una serie de programas sobre el tema.-
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