IU cierra su etapa de división y reelige a Llamazares con el 76,5% de los votos
El coordinador recuerda que la Constitución se alcanzó gracias a la "sangre" de la izquierda
Competía con otras dos listas, pero al final Gaspar Llamazares logró hacerse con el 76,5% del apoyo en la VII Asamblea de Izquierda Unida. Ligeramente por debajo del 80% augurado por la dirección, pero muy por encima de las mayorías con las que tradicionalmente se ha gobernado esta federación, acostumbrada a enfrentamientos a cara de perro entre dos grandes grupos. El reelegido coordinador general animó a los progresistas a luchar en las urnas contra el PP y recordó que la Constitución, de la que ahora quiere "apropiarse" el PP, se hizo con la "sangre" de la izquierda.
Llamazares la definió como una "asamblea unitaria, aunque diversa". Fue más lo segundo que lo primero, porque hubo tres listas. Pero selló la reconciliación entre los dos grandes grupos enfrentados hasta ahora. La imagen definitiva de ese acuerdo la puso Francisco Frutos, secretario general del PCE y líder del sector antes opuesto a Llamazares, que aplaudió y abrazó al coordinador general. En 2000, Frutos se había quedado sentado y con evidente enfado mientras su rival celebraba el triunfo.
Llamazares, visiblemente satisfecho por el resultado, dijo que IU ha demostrado que tiene "la mayor democracia interna de todas las organizaciones" que trabajan en España. Se mostró convencido de que la batalla de "la paz y la palabra", que se ganó en la calle, se puede también vencer en las urnas en las próximas elecciones. El líder y todos los dirigentes se han felicitado por la próxima retirada de José María Aznar. Felipe Alcaraz recurrió, como casi siempre, a la lírica: "Adiós, Aznar, Dios te dé tanta gloria como descanso nos dejas". Pero también han dejado claro que Mariano Rajoy, el sucesor, es "más de lo mismo".
Los críticos fueron al final algo más numerosos de lo esperado, pero están divididos. La lista de la minoría andaluza, encabezada por Luis Carlos Rejón, obtuvo 102 votos, el 13,8%. Este grupo apoyó a Llamazares en 2000, y el líder esperaba poder integrarlo. Rejón se presentó, sin decirlo claramente, como el heredero de la línea de Julio Anguita. "No queremos acabar con el programa, programa, programa", dijo en referencia a los intentos del coordinador general de abrirse a distintas fuerzas de la izquierda.
Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda, que encabezó la candidatura del sector más a la izquierda de IU, utilizó su tradicional lenguaje revolucionario para criticar los pactos con el PSOE: "Son el capitalismo sonriente. ¡Apoyan a la OTAN, que es el terrorismo de los poderosos! ¡Representan a la peor burguesía!". No logró los avales suficientes, pero le dejaron presentarse, junto a Ángeles Maestro. Sólo consiguieron 71 votos, el 9,6%, pero ambos estarán en la dirección.
Llamazares había augurado que esta asamblea sería una especie de balsa de aceite, marcada por los cambios, incluido el de nombre, para añadir la palabra "Verde", que él proponía. Lo cierto es que ha tenido que posponer algunos de ellos ante las críticas de los sectores más ortodoxos. Pero la mayoría de la que dispone le permitirá, en los próximos meses, gestionar esa recomposición de la izquierda que coloca como eje de su gestión. Para evitar suspicacias, ayer prometió que lo conjugará todo: "Abriremos nuestras puertas al cambio y la renovación, pero dentro la tradición histórica y gloriosa del PCE". En ese marco, reivindicó la Constitución, entre otras cosas porque surgió "de la sangre" de la izquierda, y no del PP, que no la apoyó en su nacimiento.
El líder de IU fue elegido también candidato a la presidencia del Gobierno con una amplia mayoría: 637 a favor (92%), 20 nulos y 36 en blanco. Reforzado con ese dato, aprovechó para recoger una de las críticas que más le repiten: "A veces no nos hemos fiado de los compañeros".
El gran debate que la dirección ha logrado dejar fuera de esta asamblea es el de la polémica posición de IU en el País Vasco. Salvo Rosa Aguilar, la alcaldesa de Córdoba, prácticamente nadie ha criticado al coordinador de aquella comunidad, Javier Madrazo. Al contrario, fue uno de los más aplaudidos al exponer su política de vivienda, igual que Jordi Miralles, coordinador de Cataluña, cuando explicó el pacto de las izquierdas. El lema "Capaces de soñar, capaces de gobernar" prueba que IU enfoca su política hacia la influencia en los Ejecutivos a los que pueda acceder. Pero para no olvidar de dónde viene, Llamazares acabó la asamblea con el saludo histórico: "¡Salud y República!".
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