México y Francia critican las alarmas de EE UU en los vuelos internacionales
Autorizada la salida del avión de British Airways parado dos veces por amenaza terrorista
La cancelación o alteración de al menos 15 vuelos en los últimos días por iniciativa o presión de EE UU se ha basado en informaciones deshilachadas, sospechas no corroboradas, errores de identificación y, por encima de todo, en la convicción de algunos miembros de los servicios de espionaje sobre la inminencia de un nuevo atentado terrorista mediante el uso de aviones. Esa convicción parece basada, sin embargo, más en el instinto que en los hechos, según fuentes citadas por la prensa estadounidense. Los Gobiernos de algunos países afectados por las cancelaciones critican la alerta excesiva y la negativa de EE UU a compartir la información en la que basa sus temores.
El vuelo 223 de la compañía British Airways entre Londres y Washington, que había recibido el permiso para viajar tras haber sido cancelado dos días seguidos, salió con tres horas de retraso. Según British Airways, esto se debió a "demandas de información suplementarias". Los 268 pasajeros fueron escoltados de uno en uno hasta el aparato. La estadounidense Shirley Newman, de 56 años, dijo antes de embarcar: "Después de todo lo que han hecho, va a ser el vuelo más seguro de la Tierra".
Fuentes de los servicios de seguridad estadounidenses indicaron a la cadena BBC que existía un plan para secuestrar este avión y estrellarlo contra un objetivo en EE UU. En la lista de pasajeros del jueves aparecía un sospechoso de terrorismo que no se presentó y tampoco lo hizo el viernes. En ambos casos el vuelo fue anulado.
Fuentes de los servicios de espionaje citadas por The Washington Post aseguran que el temor a la preparación de atentados se justifica en comunicaciones interceptadas en las que personas vinculadas a Al Qaeda mencionan tres rutas aéreas, la que une Londres con Washington y las que enlazan París y México DF con Los Ángeles. Sin embargo, el diario The New York Times recoge un comentario anónimo de un alto cargo de la Casa Blanca que reconoce ignorar si la alerta y las cancelaciones han servido para evitar un nuevo atentado: "No lo sabemos todavía, y puede que nunca lo sepamos", asegura. Para justificar la severidad de la alarma, el Gobierno de EE UU habla de un aumento inquietante de lo que aquí denominan chatter, una especie de ajetreo en las comunicaciones interceptadas entre personas vinculadas con organizaciones terroristas.
Algunas conversaciones captadas por la Agencia de Seguridad Nacional ofrecían datos coincidentes con correos electrónicos que mencionan números de vuelos y ciudades concretas. Algunos miembros del espionaje creen que el aumento repentino de las pistas recogidas incluso habría permitido elevar la alerta al nivel rojo, el máximo en la escala, nunca empleado hasta ahora.
Hay otras versiones. Según el Times, la cancelación de los vuelos de British Airways no se debió a la preocupación sobre la seguridad, sino a la negativa de los pilotos británicos a llevar agentes armados entre el pasaje. En México, un portavoz del Gobierno de Vicente Fox ha criticado la negativa de Estados Unidos a facilitar a su país informaciones sobre la supuesta amenaza que pesaba sobre el vuelo a Los Ángeles cancelado hace unos días. Según Agustín García Canet, el vuelo contaba con agentes armados y los controles de seguridad eran estrictos: "Se revisó todo y no se encontró nada sospechoso. ¿Dónde estaba el riesgo?", se ha preguntado el portavoz. "Nos dan generalidades, sin detalles ni nombres. EE UU tiene la responsabilidad de proporcionar más información".
Pasajeros sospechosos
Las autoridades francesas también cuestionan la calidad de la información que manejan los servicios de espionaje de EE UU, en cuya lista de sospechosos en el vuelo de París a Los Ángeles había nombres que pertenecían en realidad a un niño, a una anciana china y a un agente de seguros galés. Un alto cargo del Ministerio francés de Transportes, el secretario de Estado Dominique Bussereau, aseguró que el Gobierno tendrá que evaluar una a una las peticiones de EE UU para cancelación de vuelos, y confirmó que al menos un vuelo que el FBI quería que fuese cancelado despegó con normalidad.
En Washington, un portavoz del Departamento de Seguridad Interior insistió en que existe una "gran preocupación sobre el deseo de Al Qaeda de emplear aviones como armas, y hemos recibido información creíble que afecta a vuelos que tienen su origen fuera de Estados Unidos", dijo Brian Roehrkasse. Según fuentes de seguridad, de todos los vuelos cancelados, desviados o escoltados por aviones militares, sólo un pasajero sigue despertando sospechas, un hombre de origen árabe con licencia para pilotar aviones comerciales que debía haber volado en el primer vuelo suspendido entre París y Los Ángeles. No se presentó al embarque y sigue en paradero desconocido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.