Rijkaard pide refuerzos
El técnico dice que al Barça le falta equilibrio y anuncia mano dura contra las salidas nocturnas
Frank Rijkaard pasó ayer al ataque justo antes de la cita de Copa ante el Levante. Avalado por el apoyo del presidente, Joan Laporta, el técnico del Barcelona realizó una contundente exposición sobre los principales problemas que arrastra el equipo, sumido en el ecuador de la Liga en la 12ª posición de la clasificación y con un punto más (24) que hace un año, cuando Louis van Gaal fue destituido al término de la primera vuelta. Después de haber dado todas las vueltas posibles para asentar al equipo en el camino de la regularidad, Rijkaard expuso de forma clara que una de las medidas para terminar con la crisis deportiva sería el fichaje de algún jugador en el mercado de invierno. También incluyó en esa batería de medidas el endurecimiento de las sanciones disciplinarias para acabar con las salidas nocturnas de algunos jugadores.
"Si se puede hacer un esfuerzo concreto para traer a un jugador, soy partidario de reforzar la plantilla", afirmó. En ese contexto el entrenador dio luz verde a la posible contratación del centrocampista internacional holandés del Juventus Edgar Davis, recomendado por Johan Cruyff en una declaraciones realizadas el pasado lunes. Cruyff manifestó que Davids podría aportar todo lo que le falta al Barça: mentalidad y carácter. En los mismos términos se pronunció Laporta, que defendió la continuidad de Rijkaard y acusó a los jugadores de falta de mentalidad ganadora tras la derrota encajada en Santander. Este apoyo de la junta al técnico se recalcó con la presencia del presidente en el entrenamiento del martes en el que Laporta estuvo acompañado del vicepresidente deportivo, Sandro Rosell, y del secretario técnico, Txiki Begiristain. O sea, la cúpula del Barça. Rijkaard quitó trascendencia a la presencia de Laporta en el ensayo: "Me parece normal y lógico que el presidente dé la cara y venga a visitarnos", dijo el entrenador. "Antes de Navidad ya estuvo un par de veces en el vestuario".
Sin embargo, el técnico no compartió del todo la opinión del presidente en cuanto a la falta de mentalidad ganadora de la plantilla y prefirió hablar de "desequilibrio", un eufemismo para sostener que la plantilla está descompensada. "Un jugador que no tiene mentalidad y carácter no puede jugar en el Barça", expuso el técnico, que sólo impuso uno (el lateral Van Bronckhorts) de los siete fichajes realizados por Laporta. "En un equipo debe de haber jugadores contundentes, con mala leche; otros que corran, que trabajen; que sean marcadores, buenos tácticamente y finalmente, otros, con llegada", apuntó. "Hay talento, jugadores que juegan bien al fútbol, pero este equipo no tiene equilibrio. Y otros equipos, con menos talento que el nuestro, sí lo tienen. Nosotros, en este aspecto, tenemos que trabajar más que el resto y nos falta capacidad de definición y de reacción". Rijkaard apuntó que jugadores como Motta y Gabri pueden aportar este equilibrio, pero las lesiones y sanciones lo han impedido.
Las medidas disciplinarias del club contra los jugadores se incrementarán a partir de ahora con el objetivo de acabar con las salidas nocturnas. La junta considera que su esfuerzo para lograr el déficit cero no se corresponde con el compromiso de los jugadores. Cuatro de ellos, por ejemplo, fueron vistos de fiesta dos días antes del Barça-Celta (1-1). "Yo no los he visto de noche. Pero si el club tiene pruebas de que algún jugador está de fiesta a altas horas de la noche, se le va a castigar de manera muy severa, tanto en el aspecto económico como en el deportivo", apuntó Rijkaard, que hoy ante el Levante deberá retocar nuevamente su alineación tras la lesión de Luis Enrique.
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